Bogotá. - La ola de terrorismo que sacude a Colombia cobró ayer otros cuatro muertos, 23 heridos y grandes daños materiales en el transitado sector bogotano de Nicolás de Federmán, en las inmediaciones de la Universidad Nacional, en medio de la zozobra que vive el país por el creciente nivel de violencia y ante el reto de preservar la seguridad de cara a la Copa América de fútbol, que se disputará en julio próximo, y para la cual se ha dispuesto un impresionante dispositivo de seguridad. De inmediato ninguna organización se atribuyó el ataque, el más letal de su tipo que se registra en la capital colombiana de siete millones de habitantes desde fines de 1999, cuando la explosión de un coche bomba dejó siete muertos y decenas de heridos en el norte de la ciudad.
La Universidad Nacional, la más grande del país, es famosa por su alto nivel académico y por la presencia en su interior de grupos de milicias estudiantiles pro guerrilleros, según las autoridades.
Las explosiones se registraron alrededor de las 8 hora local (13 GMT) cerca a una parada de autobuses, en momentos en que centenares de estudiantes se encontraban en el lugar. Ambas bombas, de ocho y siete kilos de explosivos respectivamente, detonaron en una misma calle con una diferencia de 10 minutos. La primera explosión mató a tres personas, y la segunda, cuando decenas de policías, bomberos, vecinos y periodistas se encontraban en el lugar, segó la vida de un oficial de la Fiscalía General de la Nación. Una tercera bomba fue desactivada por las autoridades. Las explosiones destruyeron vidrios de edificios de un sector residencial en unos 50 metros a la redonda.
Cubiertos con pasamontañas
Policías expertos en la ubicación y desactivación de explosivos, con ayuda de perros entrenados, aislaron la zona en búsqueda de otras bombas. El alcalde de Bogotá, Antanas Mockus, declaró que al parecer uno de los muertos era uno de los terroristas. Los cuatro cuerpos de las víctimas fatales quedaron en la calle y fueron cubiertos con sábanas blancas, mientras que los heridos fueron evacuados en ambulancias a hospitales. Los autores del doble atentado fueron cuatro sujetos que se movilizaban en una camioneta negra con sus rostros cubiertos con pasamontañas. Dos de ellos dejaron los explosivos a lado y lado de la vía y uno murió al explotarle la bomba, según dijo el alcalde en el lugar de las explosiones.
La policía informó que después de las explosiones se inició una "escalada de terrorismo telefónico", mediante el cual se reportaron bombas en otros sectores de la capital colombiana. Causaron además alarma la presencia de autos considerados como sospechosos.
Es el tercer ataque con explosivos que se registra en Colombia en este mes. A comienzos de mayo, un coche bomba explotó en la ciudad de Cali y dejó 32 personas heridas. El jueves de la semana pasada, un vehículo cargado con explosivos estalló en la noroccidental ciudad de Medellín y dejó un saldo de ocho personas muertas y 137 heridas. En la última semana las autoridades colombianas también desactivaron cinco coches bomba en las ciudades de Medellín, Bogotá y Barrancabermeja.