Con sumo cuidado, Argentina debe analizar continuamente los avances en materia de aranceles y las normas internacionales que se imponen en diversos mercados para no quedar afuera, o en un circuito que englobe productos de menor precio.
Para ello, existen señales de que no sólo la calidad y sanidad de las exportaciones frutihortícolas abrirán la puerta de los mercados más exigentes. En el mundo, la trazabilidad se perfila como una herramienta de posicionamiento. Y está claro que los productores de frutas y verduras argentinos empiezan a percibir que es contraproducente la tendencia creciente de vender en bins, mercadería no seleccionada ni identificada. Según el Senasa, para lograr algún nivel de protección de los productores, es necesario respetar el principio de no discriminación y trato nacional.
El análisis refleja algunos conceptos que dejó la II Edición de la Exposición de Tecnología, Insumos y Servicios, Frutas y Verduras 2001, que se extendió del 2 al 05 de Mayo en el Centro Costa Salguero de Buenos Aires.
En ese marco, la actualización frutihortícola formó parte de las principales disertaciones, donde la mayor demanda fue la definición de políticas de Estado para este segmento productivo, así como la conformación de una mesa nacional de diálogo en la que tengan participación todos los actores.
Me importa un rábano
Lejos de las indiferencias políticas, que junto a los altibajos administrativos y económicos mantuvieron a la Argentina con un crecimiento ponderado en la producción de frutas y verduras, existe un elemento desequilibrante si se lo compara con otros países. La diversificación varietal lenta llevó a estancar el crecimiento y frenar la dinámica carrera por la búsqueda de nuevos mercados.
Una prueba de esto es que desde 1961 a 1999 Argentina aumentó cinco veces su participación en el mercado mundial, contra Chile que, creció casi 70 veces.
Frente a estas realidades, algunos especialista aseguran que Argentina durante mucho tiempo acentuó su actividad hacia el mercado interno, debido a costos de producción altos y, en muchas ocasiones, por problemas con Brasil.
Hoy, frente a la necesidad de recurrir a los mercados del mundo, analiza como factor de desarrollo la oferta mundial de frutas y verduras que alcanza 1.100 millones de toneladas, de las cuales 530 millones corresponden a frutas y 470 millones de toneladas a las verduras.
Europa, que participa en un 10% de esta oferta, estima que el consumo mundial representa unos 960 millones de toneladas.
En este contexto, durante 1999, Argentina presentó una oferta ante los mercados internacionales de 858 mil toneladas de frutas (incluido cítrico) y 400 mil toneladas de verduras, alcanzando un total de 1,25 millón de toneladas, que sólo representa el 1,8% del mercado mundial.
Estos datos dieron vuelta en las diversas mesas de diálogos que los expositores conformaron con el objetivo de abordar el impacto de la producción local en el comercio nacional e internacional.
La presencia de algunos legisladores sirvió para que muchos productores presentaran sus reclamos por la desatención a sus demandas.
El resultado más positivo, quizás sea plasmado en poco tiempo. Si realmente se cumple la posibilidad de crear una mesa nacional de Frutas y Verduras, dentro de la propia Secretaría de la Nación, para que el propio secretario, Marcelo Regúnaga, atienda sus reclamos.
El ejemplo de los mercados frutihortícolas franceses fue tomado por los asistentes a Frutas y Verduras. Funcionarios de ese país explicaron que el sistema galo tiene como escenario de diálogo una mesa en la que se debaten los precios del consumo, regulando mediante una ley que el precio de venta no sea inferior al costo que significo llevar un producto a la góndola.
Ellos hablan de planificación estratégica, donde intervienen los que saben junto a los que actúan, de acuerdo a las necesidades del país o región donde se trabaja. Lograr la fijación de precios, no en todos los países se transforma en algo tan perverso como en Argentina.
"Acá aparecen hipermercados que venden frutas y verduras a precios increíbles, con el simple objetivo de enganchar al cliente para que entre en la superficie de comercialización y compre otras cosas. Nadie evalúa cuanto pierden los productores y la decadencia en la cual cae el segmento frutihortícola. No hay leyes y todo sigue sin tratamiento o en caso contrario, con demasiadas oposiciones para lograr una ley que regule la actividad armónicamente", explicó la diputada nacional María D"Errico.
Actualmente Francia es el Tercer Productor Europeo de frutas y hortalizas, después de Italia y España. Su gestión frutihortícola se basa en tener productores protegidos, para que busquen, desde los mercados internos, encarar con éxito el camino de la exportación. En Argentina, está todo por hacer y es muy difícil -sin madurez- alcanzar una proyección de la producción argentina en el mundo.
Ni chicha ni Limonada
Desde marzo, los cítricos comenzaron a vivir una temporada muy dura. Las exportaciones se encuentran totalmente dominadas por el diferencial cambiario que se tiene con los principales mercados, principalmente el europeo que recibe el 70% de lo que se exporta.
El desequilibrio pasa por la relación del peso /dólar con Euro, que tiene más de un 50 % de desfasaje con respecto al último quinquenio. Los citricultores piden que el Estado saque un poco el pie de encima, y permita a la producción expandirse, ya que la actividad carece hoy de capacidad contributiva, y empuja hacia el empleo en negro y la evasión fiscal.
Con variedades tan actualizadas, que son referentes en el mundo, los limones integran un sector citrícola que tiene un valor total de producción (agroindustria, mercado interno y externo) superior a los 200 millones de pesos anuales y exporta por valores superiores al segmento cárnico, aunque no sea tan tenido en cuenta.