Año CXXXIV
 Nº 49.128
Rosario,
sábado  26 de
mayo de 2001
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Fecha patria. La preocupación por el presente marcó los festejos
Los discursos oficiales llamaron a imitar el ejemplo de los protagonistas de Mayo
Monseñor Mirás llamó a "exigir firmemente que los planes económicos se sometan a la persona humana"

Carina Bazzoni

Seguir los pasos de los hombres de mayo para superar la crisis que atraviesa el país. Esta fue la línea que atravesó los discursos que ayer recordaron en Rosario el 191º aniversario de la Revolución de Mayo. El primero en resaltar este gesto fue el intendente Hermes Binner. "Hoy como ayer el diálogo y la concertación entre los diversos sectores de la vida nacional nos permitirá salvar al país", propuso el jefe comunal. Minutos después, el arzobispo de Rosario, Eduardo Mirás, resaltó la importancia de "saber exigir, respetuosa pero firmemente, que los planes económicos queden sometidos a la persona humana" y advirtió que esta exigencia "debe perdurar siempre en el tiempo si de verdad amamos la democracia".
Esta tensión entre los acontecimientos históricos y las circunstancias presentes tiñó las celebraciones oficiales de la gesta del 25 de Mayo de 1810. "No fueron discursos duros, fueron reales. Estamos en una situación muy complicada donde todos los sectores sociales están viviendo momentos preocupantes. El valor de los patriotas de entonces permitió reconquistar una suerte de país posible y esto es realmente lo que tenemos que hacer hoy", señaló Binner al finalizar el tedeum celebrado en la iglesia catedral.
Los festejos protocolares comenzaron a las 10 en el Palacio Municipal y terminaron pasado el mediodía en el mismo lugar. Temprano, las autoridades comunales, provinciales, legislativas, consulares y de las fuerzas armadas y de seguridad compartieron un chocolate con churros. Después de las 12.30 el menú fue empanadas y vino.
Veinte minutos pasadas las 10, la plaza 25 de Mayo fue el escenario de los festejos. Allí, frente a poco público y un escuálido contingente de escolares, Binner recordó que "aquellos hombres y mujeres que protagonizaron la semana de mayo enfrentaron, tal vez sin saberlo, el mayor desafío de nuestra historia: el de generar las respuestas que exigía su tiempo", y remarcó que "esta es la enseñanza que debemos rescatar de mayo si aspiramos a hacer de esta evocación un verdadero compromiso con nuestro pueblo".
"Hoy vemos cómo la deuda externa, lejos de actuar como un crédito al desarrollo económico y el progreso social, es un verdadero condicionante del estilo de vida de los argentinos. El desguace de las pequeñas y medianas empresas, la caía en cantidad y calidad del trabajo, la desnacionalización y fuga de capitales, y el preocupante achicamiento del Estado, cruzado por gravísimos casos de corrupción, nos conduce a la peor de las crisis, que es la crisis de credibilidad", analizó el intendente.

En la iglesia catedral
En medio del tedeum, Mirás redobló esta apuesta: "La crisis del país nos impone conocer el horizonte hacia el cual dirigir el esfuerzo del propio trabajo. Y esta esperanza requiere de los ciudadanos, por una parte, que intervengan con democracia real y no puramente formal en la planificación del país que anhelamos; y por otra parte necesita del Estado que ofrezca iniciativas realizables que tengan la mira puesta en el bienestar de todo el país".
Después, el arzobispo advirtió: "Honrar a la Patria es comprometernos con ella. Darle futuro. Unirnos para lograr el bienestar de sus habitantes. Saber exigir, respetuosa pero firmemente, que los planes económicos queden sometidos a las necesidades de la persona humana, cuidando muy especialmente a los más pobres y los más relegados".
"La ciudadanía tiene derecho a ser feliz, y la Patria no puede realizarse sino a partir del bienestar de todos sus habitantes, porque no es un simple conglomerado de individuos. Tampoco se define por el Estado, y su desarrollo es más que esto. Es la comunión de anhelos, de creencias y de esperanzas aspirando a una específica manera de convivir y progresar", reflexionó el prelado.
Y por último, llamó a orar por la Nación y por quienes tienen responsabilidad sobre su destino "para que todos lleguen al conocimiento de la verdad y encuentren el camino auténtico que lleve hacia la felicidad".
"Si quienes nos gobiernan practican la justicia y buscan la equidad social habrán de producir las condiciones de vida necesarias para que la sociedad goce de una existencia apacible y tranquila", concluyó Mirás.


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