Año CXXXIV
 Nº 49.128
Rosario,
sábado  26 de
mayo de 2001
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El precio de los principios

Pablo Cedrón está conforme porque no le falta trabajo, pero si no estuvieran dadas las condiciones para el crecimiento de sus personajes, no dudaría en abandonarlos, tal como lo hizo con Chavero. También estuvo a punto de hacerlo con el chileno que interpretaba en "Carola Casini".
Sobre ese trabajo señaló: "Era un personaje que era medio graciosito, entre comillas, y cuando la tira no siguió me alegré porque estaba decidido a no seguir haciéndolo. En general los personajes que son considerados graciosos o pintorescos en la televisión casi no tienen historia, están como en la cuneta de la historia principal. Si bien me gustaba hacerlo, también encontraba que no había un desarrollo. Yo sigo siempre soñando con eso".
La oportunidad llegó nuevamente, de la mano de Pol-ka: "Me parece que este personaje de «El 22» tendrá un desarrollo y tendré la posibilidad de ponerle algún matiz. Eso me satisface. Las cosas siempre me costaron mucho -confesó-. Tuve como ese sino. Nunca nada me salió fácil. Donde otros lo conseguían enseguida, a mí me costaba siglos. Y eso fue una constante".
En ese sentido explicó que después de años de trabajar esporádicamente, la estabilidad llegó con la convocatoria para trabajar en "Cha-cha-cha": "En el 92 me convocan Caseros y Mex Urtizberea. Empecé escribiendo los guiones de un noticiero apócrifo. A partir de eso empecé a laburar y por suerte bastante seguido".


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