Las heridas entre los socios del Mercosur no cierran y el Foro Económico Mundial que sesiona en Buenos Aires se convirtió ayer en el escenario de un nuevo round entre argentinos y brasileños. El secretario de Política Económica, Federico Sturzenegger, se quejó de las "tensiones" que provocó en el bloque la devaluación del real iniciada en enero del 99 y se mostró preocupado por el desvío de de inversiones extranjeras directas hacia ese país. El ministro de Economía, Domingo Cavallo, también aportó lo suyo. Con ironía, aseguró que la Argentina no pensaba devaluar porque sería como "robarle al vecino". "Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia", dijo el ministro con cara de pícaro cuando le preguntaron si la alusión al efecto distorsivo de una devaluación tenía como destinatario al gobierno brasileño. Más directo fue el secretario de Política Económica, Federico Sturzenegger, quien compartió un panel con el presidente del Banco Central de Brasil, Arminio Fraga. "La devaluación de Brasil puso una tensión importante, en particular sobre los flujos comerciales", esgrimió Sturzenegger, y señaló que las exportaciones de origen industrial de la Argentina a Brasil sufrieron una caída como consecuencia de la disparidad cambiaria. En ese sentido, consideró que el mercado brasileño de productos manufacturados se "debilitó" para la Argentina, y como consecuencia, se "comoditizó" el comercio con el socio más grande de la región. Pero más se mostró preocupado por el desvío que el desfasaje cambiario provocó en el flujo de inversiones extranjeras directas en la región.
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