"La afirmación sobre el crecimiento de la criminalidad es, cuanto menos, relativa en tanto no siempre ese cálculo estadístico refleja el crecimiento real de los delitos o delincuencia", dice Erbetta. Según el abogado, existe una elevada cifra negra de personas victimizadas que no denuncian el delito o porque conductas antes no delictivas son elevadas a delito y la denuncia de estos hechos elevan la estadística cuando, en realidad, antes también ocurrían. Por ejemplo: la ley que penaliza el impedimento de contacto del hijo menor con el padre no conviviente. "Sí puede afirmarse con precisión que ha aumentando la alarma social frente al delito y la sensación de inseguridad. Y en ello contribuyen varios factores, muchas veces no advertidos. Por ejemplo, no siempre la alarma social es consecuencia directa del comportamiento delictivo y muchas veces en la construcción de la alarma social tienen mucho que ver los medios de comunicación".
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