Jorge Marrale se reencontró con la paternidad después de los cincuenta y cree que no es casual que la vida le haya dado un regalo tan generoso. Por eso reafirma su compromiso con ese modo que eligió de estar en la vida. "Todos los hijos son una luz, te hacen ganar la eternidad. Ahora lo renuevo con Franco, mi tercer hijo de casi tres años. Esto ya me había pasado con Camila y Federico", cuenta de su amado hijo. Luego continúa: "La llegada de Franco me hace tener otro lugar en el mundo. Me hizo replantear cosas propias y también te hace correr de vos para verlo a él como alguien distinto, como un ser independiente que necesita mucho cariño, mucho afecto y contención. Tener un hijo es un acto de generosidad y a mí me puso más generoso, más abierto. Creo que muchas de la buenas cosas que me están pasando tiene mucho que con cambios en esa gestación, en no mirar más que mi propio ombligo y poder estar en los espacios de los hijos". También confiesa su sueño pendiente, que piensa en concretar el próximo verano: "A veces uno se satura de trabajo, pero en estos tiempos es muy difícil decir no a las propuestas. Por momentos extraño estar con mis hijos, con todos, y fantaseo la posibilidad de hacer un viaje juntos. Tal vez este verano se nos dé". Consustanciado con los personajes que viene actuando en sus últimos programas televisivos, Jorge Marrale se hizo muy amigo de un médico y a través de sus relatos se le disparó una película en su cabeza. Y está empezando a concretar lo que por ahora es solo un boceto. Así lo contó: "Conocí un médico y nos hicimos amigos. Me movilizó su tarea sanadora y salvadora de vidas. Entonces me impulsó a la construcción de una historia con la pretensión de transformarla en una película. Por ahora estoy demasiado ocupado con la tira y la obra de teatro "El juego del bebé". Sin bien no estoy parado la cosa está en suspenso". De la labor del médico le interesa investigar la fuerza de su palabra que diagnostica y también cura. "Las personas en circunstancias estamos enfermas y luego pasamos a estar curadas -dijo-. Me intriga ese ejercicio que hace el médico, del que se espera todo. Me conmueve ver la entrega con se escucha al médico, cuando nos va a anunciar algo muy importante: cómo estamos".
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