El incendio en el que murieron 26 presos en Iquique es una de las mayores tragedias en las cárceles de Chile y la segunda en poco más de cinco meses, ya que el 11 de diciembre último siete presos murieron en el penal de San Miguel, en la capital chilena, cuando tras una pelea se inició un incendio. Tres semanas después, un tercio de los 34 mil reclusos alojados en un centenar de cárceles chilenas iniciaron una huelga de hambre que se mantuvo durante diez días, para exigir a las autoridades que controlen las condiciones de vida en esos establecimientos y el trato al que son sometidos por parte de los guardiacárceles. La tragedia de antenoche provocó gran impacto entre los habitantes de la ciudad, ya que el penal -que alberga a 1.200 internos y fue erigido en 1982- se encuentra en el medio de la ciudad y a poca distancia de la Zona Franca, uno de los mayores centros de comercio de esa región. Las autoridades dijeron que la identificación de los restos será muy difícil.
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