Un grupo de amigos, vecinos y familiares de Natalia Fraticelli participaron anoche de una misa en recuerdo de la chica asesinada un año atrás en su casa de Rufino. Los escasos asistentes, entre los que se encontraba el hermano de Natalia, Franco, recordaron emotivamente a la adolescente, quien en el momento de su muerte tenía sólo 15 años. Franco llegó a la iglesia minutos antes del inicio de la misa y, tras participar del encuentro cristiano, se retiró si hacer declaraciones ante los periodistas. Durante el oficio permaneció a un costado del altar con lágrimas y ensimismado. En tanto, el sacerdote rogó para que Dios ilumine a quienes deben administrar justicia, "porque sólo con la verdad la sociedad de esta comunidad, profundamente herida en sus sentimientos, podrá cerrar la angustia que la paraliza". En tanto, ayer circuló en Rufino una carta firmada por Carmen Senger, tía de Natalia. En su texto la mujer pide que se sepa la verdad "aunque sea muy penosa", defiende a Carlos Fraticelli al sostener que "jamás tuvo connivencia con la ilegalidad y que no se vinculó a actos de corrupción", y hace referencia a errores de procedimiento en la investigación del crimen "que hacen sospechar una intencionalidad manifiesta en algún sentido, como el de involucrar solamente al grupo familiar" en la muerte de la joven.
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