Año CXXXIV
 Nº 49.123
Rosario,
lunes  21 de
mayo de 2001
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Asesinato en Rufino. Opiniones divididas y calles desiertas un año después
Un paisaje de indiferencia en el día aniversario de la muerte de Natalia
Una marcha debió suspenderse porque nadie acudió. Unas pocas personas dejaron flores en el panteón

Rufino.- Una plaza desierta, viejas pintadas pidiendo justicia y preguntas eludidas entre gestos de indiferencia fueron el marco para el primer aniversario del crimen de Natalia Fraticelli. Nadie acudió a la convocatoria de Félix Rodríguez, un compañero de peluquería de la joven que un día tan desapacible como el de ayer, pero de un año atrás, apareció muerta en el dormitorio de su propia casa. En la tumba de la chica había flores frescas, pero pocos gestos de compromiso. "La gente tiene miedo de hablar", fue la respuesta más escuchada entre quienes rondaban el lugar.
"No la vamos a olvidar porque fue lo mejor para nosotros, fue una buena amiga, una compañera, un ser inocente que pagó algo que hasta ahora no puedo entender", dijo Félix que finalmente, y con su propio ramo de flores, se puso en marcha hacia el cementerio en compañía de Aída Dearmas, la madre de Yamile, una compañera de escuela primaria de Natalia.
"Era una familia normal, yo los frecuentaba, la madre siempre se ocupó de la chica, mi hija iba a jugar, conocía la casa y nunca vio nada que le llamara la atención", contó la mujer.

"Siempre la cuidaron"
Además, relató que a través de tantos años, fue testigo del cuidado que los Fraticelli le brindaban a su hija. "Me acuerdo como vinieron a mi casa contentos porque la traían fuera de peligro cuando tuvieron que internarla en Buenos Aires, como eran cuidadosos con la medicación", comentó la mujer y recordó que Dieser le hizo varios regalos a Yamile como reconocimiento a la amistad de las nenas. "Ella nunca dio muestras de desaprensión en el cuidado de la chica", sintetizó Dearmas en relación a la principal imputada por el crimen.
Para Dearmas, Dieser era una mujer sencilla, una ama de casa habilidosa con sus pinturas y sus manualidades, pero descartó opinar sobre la marcha de las investigaciones así como sobre la supuesta doble vida que llevaba la pareja puertas adentro de la casa de San Juan 340 que ayer tenía las persianas bajas. Allí ahora vive Franco con su flamante familia. El hijo de Fraticelli pasó el domingo junto a sus padres en la alcaidía de Melincué, hacia donde viajó temprano junto a sus tutores y un amigo. Regresó por la tarde para participar de la misa por su hermana.
Natalia todavía no tiene su propia tumba. Descansa en el panteón de una familia amiga y como referencia su nombre aparece en el texto de una placa que le dedicaron sus amigos. Cerca de allí, un joven que prefirió no dar su nombre la evocaba ayer como una chica alegre, "un pan de Dios".

Frente al panteón
Además, recordó que a la chica le molestó que, la noche anterior a su muerte, no la habían dejado entrar en un cumpleaños. La imagen de Nati en bicicleta y escuchando música con su walkman es una de las más citadas: "Le encantaba la música de la película Manuelita", dijo su amigo, que llegó en bicicleta hasta el cementerio.
Frente al panteón, Paulina, una mujer que hace poco tiene una casa en Rufino pero que vive en Buenos Aires, dijo que ella misma buscó la oportunidad de testimoniar su reclamo de justicia, pero que a pesar de eso no encontró ninguna marcha. "Vine a pasar el fin de semana y mis compañeros de trabajo de Buenos Aires me dijeron que fuera a la marcha por Natalia, porque allá el caso pegó muy fuerte. Pero parece que la gente no acudió a la cita", comentó.
Una vecina de los Fraticelli que conoció a Natalia desde los tres años y asegura que nunca vio ni escuchó nada que pudiera llamarle la atención, no termina de asombrarse por las versiones que se conocieron acerca de la doble vida que tenía la familia y asegura que los padres son excelentes personas. En tanto, Dora, a pesar de no haberla tratado personalmente, dijo que pasa "siempre a dejarle una florcita, porque soy mamá".
"La mayor parte de la gente no cree en su inocencia, pero sobre todo se asombran de la doble vida que tenía Fraticelli, que pasaba por un hombre ejemplar y tenía tantas cosas en su esfera privada, nos engañó a todos", comentó risueño un hombre de unos 40 años.



El dolor de Franco Fraticelli en la misa en recuerdo de su hermana.
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