 |  | Recorriendo Rosario. Córdoba, Oroño, Pellegrini y Vera Mujica, una zona de transición Ni centro, ni barrio y con algo de ambos Es muy buscada para vivir. Está cerca de todo. Sus problemas son la inseguridad y el estacionamiento
 | Sergio Roulier
No es el centro y tampoco tiene dinámica de barrio. Es un sector de Rosario sin nombre, ni siquiera para el catastro oficial. Se lo conoce como parte del macrocentro donde se mezclan el ritmo vertiginoso de la city y los aires de los barrios aledaños. La zona delimitada por Pellegrini, Oroño, Córdoba y Vera Mujica ha tomado impulso en los últimos años. Se hicieron nuevas inversiones y las propiedades se revalorizaron. La gente busca ese lugar por la cercanía del centro y la tranquilidad, combinación poco común de hallar en el resto de la ciudad. Cuenta con servicios de salud, casi todos privados, reparticiones públicas y calles comerciales. La mayoría de las viviendas son casas, varias de dos plantas, aunque ha crecido la cantidad de edificios. También los departamentos de pasillo son muy buscados porque no se pagan expensas. En las construcciones prima el estilo inglés y varias se reciclaron. Un buen complemento para la postal es la frondosa arboleda y la amplitud de sus veredas. La vida fue cambiando con el correr de los años. Ariel (31 años) cuenta que de chico la costumbre en el barrio era juntarse con la barra de amigos en las esquinas. Pero esa típica postal hoy se perdió. Ahora, los pibes curten el club, los colegios y las salidas nocturnas. Los vecinos comentan que se conocen poco entre sí. El barrio no tiene vecinal. Las instituciones donde se encuentran los habitantes de la zona son la escuela (Arzeno), la parroquia (Nuestra Señora de Lourdes) o el club (Horizonte). El espacio verde es el parque Independencia, ya sea para hacer aerobismo, tomar mate o ir a la cancha. Desde el punto de vista comercial, se han abierto nuevos locales sobre Ovidio Lagos, Mendoza conserva su perfil, y también crecieron San Juan y Rioja. Las tres últimas son paralelas. Sus transversales son más tranquilas, a excepción de Callao, Lagos y Alvear. Sus habitantes son profesionales, funcionarios, magistrados, políticos, empleados y cuentapropistas. El nivel social más alto se nota sobre Oroño y Pellegrini. El resto es bien clase media. De Lagos al oeste, ya tiende más a ser barrio, donde las identidades se mezclan con la gente de Echesortu. La historia del lugar está muy ligada al centro, aunque los primitivos aseguran que allí también había quintas. Alberto, de Zeballos al 2700, recordó que "antes tenía más clima de barrio". Hasta hizo gala de un cierto perfil industrial con establecimientos como Onkel, Biarritz o San Ignacio. De ellos quedan las fachadas. Y los adoquines y las vías del tranvía le daban un toque especial. La calle Rioja es un símbolo de aquello. La gente señala como problemas a la inseguridad, primero. Los comerciantes son los que están más preocupados por los asaltos. Segundo, el tránsito. Hay esquinas muy peligrosas, con o sin semáforo. Y estacionar es un inconveniente que aumenta en los sectores más cerca de Oroño. Quizás por los consultorios médicos, los colegios, las reparticiones oficiales y el estacionamiento medido del centro. También es problemático cuando juega Newell's. Jorge Kaial, vecino y dedicado a la cuestión inmobiliaria, indicó que la zona es muy buscada por su "tranquilidad y la cercanía del centro". Los inmuebles se han "revalorizado" y sus valores "equiparados" con los que están entre los bulevares y el río. "Ya la diferencia no es tanta", apuntó. El sector menos desarrollado es el cercano a Francia. Los vecinos se quejan por el estado en que se encuentran lo galpones municipales y reclaman la mudanza de la cárcel. Algo puede cambiar allí si se venden los terrenos de la vieja traza ferroviaria de Vera Mujica. Pero es la zona más tranquila. Sólo algún bar de onda la altera. Claro, no hay boliches bailables. S.R.
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