Marcos Cicchirillo
Parado casi sobre el meridiano de la gestión de Carlos Reutemann, su principal escudero y defensor acérrimo de las cuentas públicas, el ministro de Hacienda, Juan Carlos Mercier, realizó con La Capital un balance de la economía santafesina. Con un presupuesto de crecimiento moderado para el 2001 como punto de partida, el andamiaje ideado por el hombre sobre el que descarga el gobernador la tarea gris de los números, que preveía la llegada de un préstamo del Banco Mundial por 300 millones de dólares, la privatización de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) y la postergada reactivación de la economía, se vio obligado por una acuciante realidad a poner en marcha un mecanismo anticrisis. El préstamo se dilata, en parte por las impericias del gobierno nacional para frenar la crisis político económica; la venta de la EPE se demora, la recaudación fiscal se cayó en el primer cuatrimestre más allá de lo previsto para todo el año y el motor económico, la producción, no arranca. Ante este panorama, Mercier admite que el déficit fiscal se duplicará, comprometiendo en el horizonte las posibilidades de acceso a los futuros desembolsos del organismo internacional, al defeccionar con las metas fiscales. En otras palabras, la evolución de las cuentas públicas tiene pronóstico reservado. -¿Cuáles son las nuevas proyecciones de recaudación fiscal provincial, luego de la fuerte caída en los últimos meses que superó las expectativas para todo el año? -Teníamos una hipótesis muy conservadora de 1,5% de crecimiento, que no se está dando, además de la desaparición del impacto de moratoria en el 2001. Igualmente la recaudación cayó más de lo pronosticado, comenzó muy tenuemente en febrero y se acentuó drásticamente en marzo y abril. También se están incorporando nuevas desgravaciones impositivas, que van a afectar aún más la recaudación, lo que se se suma a una mayor evasión fiscal y a la menor actividad económica. Hay escenarios que agravan el déficit en otros 100 millones de pesos, más el alza de los intereses, que también son producto de que aún no salió el crédito del Banco Mundial. Con lo cual está siendo más del doble de lo que teníamos previsto. Con la combinación de todos esos factores, hay un escenario promedio de menos 100 millones, si bien hay otros escenarios menos graves y otros mucho peores. -¿El rojo que se agrega a lo presupuestado se solventará a través de un ajuste o con la toma de nuevos créditos? -Reiteradamente dijimos cómo nos perjudica la Nación porque, entre otras cosas, no obtenemos el crédito. Esto hace que no se puedan renovar los créditos firmados, lo cual agrava los costos financieros. Además, si bien nosotros nunca pensábamos cubrir el flujo de fondos con la privatización de la EPE, la ley de privatización permite destinar fondos para "crisis emergentes", y estamos ante una realmente importante, sino la más importante, pero la venta tampoco se da. A la falta de estas dos herramientas se suma la frustrada reactivación económica: ninguna se nos ha dado. No es que no tomamos previsiones, tomamos todas las previsiones previsibles (sic) y en un escenario en el cual acceder al crédito bancario hoy es extremadamente escaso y muy caro, la intención del gobierno es reducir al máximo los gastos en todos los órdenes, para lo cual se constituyó el comité y seguiremos teniendo todas las negociaciones con los bancos abiertas, que en casos extremos nos permita acceder a un financiamiento. -¿Es armar un mix de ajuste y endeudamiento? -La legislación actual nos permite trabajar al máximo con las políticas de utilización del Fuco (Fondo Unificado de Cuentas Oficiales), que por medio del comité se priorizarán los pagos y los gastos a través del manejo financiero de la caja. Y en última instancia tomaremos créditos. Todas las armas financieras habidas y por haber las estamos analizando. Si llegamos a evitar tomar crédito será un éxito rotundo. -¿Los 100 millones del Banco Mundial se destinarán para reestructurar parte de la deuda comercial y otra parte para cubrir el déficit? -(Se ofusca) ¡Cómo vamos a refinanciar si nos están dando la mitad un año después! Irá a financiar el déficit. -¿Y los otros 200 millones seguirán el mismo camino? -Primero tenemos que cumplir con las metas, y si los legisladores no tratan la ley de administración, si no se realizan los compromisos que surgen en el área de salud, educación o el proceso privatizador de la EPE, no hay más crédito, lo cual agrava doblemente la situación. En noviembre se cumplirán dos años de que la provincia tomó el último crédito y nos rompieron la cabeza con las tasas de interés. En este contexto pagar todo es un esfuerzo mayúsculo. Encima bajamos los impuestos y aumentamos los presupuestos en educación, salud y seguridad. -¿Cuál sería su techo admisible para pagar un crédito, como en su momento lo planteó Cavallo? -No, no tengo techo. Cavallo lo quiso poner y así le fue. Por eso en parte los banqueros piden lo que piden. A algunas provincias le ofrecieron tasas del 25%. -¿Cuál es su balance para el primer cuatrimestre? -Si lo viéramos en base a lo que pasó en enero no es nada, si tomamos el primer bimestre es casi neutro, si se agrega marzo comienza a ser negativo y con abril es mucho más negativo, y si se multiplica este último mes por doce es brutalmente negativo. Lo cierto es que hasta el día de hoy, y eventualmente hasta mediados de año, la provincia, desde que asumió Reutemann, cumplió con todas sus obligaciones sin recurrir al crédito. Todo fue amortizado, pagado, incluyendo los servicios de la deuda. Al igual que el año pasado, en el 2001 esta situación se repite, en parte porque se está usando la compensación de 50 millones en deudas que nos reconoció la Nación, que sirvió para enfrentar parte de los vencimientos de capital de este año y del próximo, del fondo fiduciario creado por la venta del banco provincial. -Con todas estas cuotas de pesimismo, ¿vislumbra una salida? -Reuní a las comisiones de presupuesto de legislatura provincial, y les dije que tenía 43 años trabajando en esto y siempre he dormido, será porque tengo la conciencia tranquila. Ahora también duermo pero me despierto a las 5 de la mañana. No se ve que los acontecimientos tengan respuestas racionales, cada vez parece ser más irracionales las discusiones.
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