En momentos en que el país habla de reducir el gasto político del Estado, los legisladores provinciales de Santa Fe se dan el lujo de gastar solamente en llamadas telefónicas alrededor de un millón de pesos anuales, sin incluir las seguramente abultadas facturas de telefonía celular.
La Cámara de Diputados -con 50 legisladores- cuenta con 60 líneas en Santa Fe y 10 en Rosario, y el Senado, pese a que los representantes son menos -19-, tiene cien. La última boleta que recibió Diputados de Telecom supera los 30 mil pesos, en un promedio de casi 450 pesos mensuales por línea.
El Senado no aportó el dato de sus gastos telefónicos. Pero si se hace una proyección del costo por línea que tiene Diputados y se lo multiplica por las 170 que hay en toda la Legislatura, se llega a la suma de un millón de pesos sólo en llamadas desde teléfonos fijos.
"Reconozco que el gasto por este servicio es muy importante", afirmó el presidente del cuerpo, Alberto Hammerly, quien adelantó que si bien la red telefónica de la Legislatura cuenta con un centrex que reduce los pulsos cuando se llama de una línea a otra, pretende instalar en esa cámara legislativa otras herramientas que lo bajen más.
La reducción de los gastos políticos es uno de los principales temas en discusión hoy tanto en el seno del gobierno nacional como en las distintas provincias. Las acciones, pese a la presión y a la censura de la ciudadanía, llegan con cuentagotas y a veces terminan en papelón, como ocurrió esta semana en el Senado nacional, que se quedó sin quórum cuando iba a tratar el proyecto de reforma política.
Poca voluntad de ajuste
En Tucumán, el ministro de Hacienda, que reconoce tener un buen pasar producto de su vida de empresario, renunció a cobrar su sueldo, y en San Juan el gobernador Alfredo Avelín decidió no pagar el medio aguinaldo al personal político que lo acompaña.
Mientras tanto, en Santa Fe se produjeron tibias señales: las autoridades hablan de un ahorro de dos millones de pesos en el último año (sobre un presupuesto de 77 millones que tienen ambas Cámaras) producto del retiro voluntario de menos de 50 empleados. Esta última semana Diputados dio media sanción a una nueva ley que aumenta sensiblemente el monto de las indemnizaciones (ver recuadro).
La delegación local de Diputados, una casona de bulevar Oroño 1335, figura con 140 empleados, 30 de los cuales aparecen adscriptos a tareas del Poder Ejecutivo. Por lo tanto son, en promedio, casi 10 por cada uno de los 14 diputados del departamento Rosario, a saber: Miguel Basaldella, Carlos Bermúdez, Angel D'Ambrosio, Eduardo Di Pollina, Carlos Favario, Irma Foresi, Mónica González, Marta Gutiérrez, Osvaldo Mainetti, Fernando Mazziotta, Liliana Meotto, Livio Strada, Laura Venesia y Josefa Villalba.
Pero esto no es lo más grave. "Ninguno de los diputados viene a trabajar acá; casi que no les conocemos la cara", dijeron a La Capital algunos empleados. Los mismos agentes le reclaman a los representantes que cuando no sesionan en Santa Fe atiendan en la casa de Oroño, por la que se pagan más de 20 mil pesos al año, a razón de 1.700 mensuales.
La delegación del Senado funciona en un inmueble que pertenece al Estado: está en pasaje Alvarez 1516, frente a la plaza Pringles, y consta de más de 1.200 metros cuadrados cubiertos en sus cuatro plantas (subsuelo, planta baja y dos pisos).
En el lugar trabajan 40 empleados que mantienen las oficinas abiertas al público de lunes a viernes de 8 a 20, mientras que otras 30 personas cobran sueldo del Senado pero prestan servicios para el Ejecutivo. El senador es uno solo, Alberto Beccani, que atiende los lunes, martes y viernes por la tarde.
Dicen que para achicar gastos, en poco tiempo más, el edificio se convertirá en sede de la Defensoría del Pueblo, que también paga alquiler, y bastante alto, por su sede de Alvear y Montevideo.
Mientras tanto, los 19 senadores gozan de una dieta de 3 mil pesos per cápita, 4 mil de gastos de representación y otros 3 mil para viáticos: 10 mil pesos a los que se suman otros 8 mil para subsidios o asistencia social. El presupuesto anual del Senado es de 24,2 millones de pesos.
Las dietas de los diputados rondan los 2.500 pesos, más 4 mil de gastos de representación y 5 mil para subsidios. El gasto anual de Diputados, entonces, es casi el doble, 42,5 millones.
Un poco mucho en una Argentina donde el promedio salarial arroja 575 pesos por trabajador.
Aun con esos ingresos, los legisladores son los únicos a los que no les llega la consigna "el que llama, paga" para los teléfonos, porque en el caso de ellos, los que pagan son todos los santafesinos.