Casilda. _ Tal como trascendió a principio de esta semana, y pese a haber sido desmentido por la gerencia, la planta casildense del frigorífico Rafaela Alimentos suspenderá sus operaciones productivas por tiempo indeterminado. La medida obedece al cierre de los mercados internacionales por la reaparición de la aftosa.
La noticia fue confirmada ayer por el secretario general del Sindicato de la Carne de Casilda, Sixto Vallejos, quien dijo haberse enterado de la medida por medio de una de las apoderadas de la firma. Todavía restaba por conocerse cuando se haría la última faena, aunque se especula con que sería entre hoy y los primeros días de la semana entrante.
Esta decisión afectará a unos 363 trabajadores, quienes percibirán por seis meses un subsidio de emergencia que otorga el Estado nacional para este tipo de casos a instancias del decreto 448/01. Los empleados de otros establecimientos cárnicos santafesinos que tomaron por el mismo camino que Rafaela Alimentos también gozan de ese beneficio.
El lunes se realizará una audiencia en la delegación rosarina de la Secretaría de Trabajo donde las partes acordarán los pasos a seguir en el marco de la paralización, al menos por ahora, provisoria del frigorífico. "Empezaremos a trabajar por la reapertura del establecimiento", aseguró Vallejos, quien confía en que "la situación podría mejorar en los próximos meses según lo manifestado por los dueños del establecimiento, quienes aparentemente no tendrían intenciones de cerrar".
El dirigente sindical, lejos de sorprenderse por la actitud que tomó la empresa, dijo que "era una posibilidad que se venía barajando desde hace algunas semanas y finalmente se concretó".
A pesar de las suspensiones laborales, trascendió que la empresa pagará la diferencia de los haberes de abril y la totalidad del mes en curso. Eso significa que finalmente respetará el convenio que suscribió el pasado 9 de febrero con el gremio y que después desconoció tras haberse presentado en convocatoria de acreedores. A contramano de lo pactado, la firma había rebajado "arbitrariamente" los salarios, lo cual generó un conflicto.
Finalmente y tras negociaciones ahora pagará lo acordado, aunque poco importa para los trabajadores cuando saben que la planta estará cerrada "hasta tanto se reactiven los mercados", según aseguró a La Capital un representante del frigorífico.
En caso de que el frigorífico no retome sus actividades durante los seis meses en los que los trabajadores serán asistidos económicamente por el Estado, la empresa tendrá que definir si continúa trabajando o cierra definitivamente. Si bien se desconoce la suerte que correrá el establecimiento en el futuro las autoridades políticas de la ciudad están preocupadas por el impacto social que generaría un eventual cese de sus operaciones.
Un final anunciado
Los problemas en el frigorífico Rafaela comenzaron en febrero pasado cuando fueron despedidos los 378 trabajadores que hasta entonces prestaban funciones. A los dos días los cesanteados fueron reincorporados, pero desde ese momento comenzaron los sobresaltos en el establecimiento.
La planta cuenta actualmente con 363 operarios, porque 15 se acogieron a retiros voluntarios ofrecidos por la firma casi en el mismo momento en que despidió más de trescientos trabajadores en la fábrica de fiambres que tiene en Rafaela y de los cuales algunos fueron reincorporados.
El panorama se complicó aún más para los empleados del frigorífico cuando la firma, luego de presentarse en convocatoria de acreedores y vender el 50 por ciento del capital accionario a un grupo económico comandado por Sergio Taselli, rebajó sus salarios sin respetar las condiciones de trabajo pactadas con el gremio.
Eso le costó el inicio de un nuevo conflicto que terminó con la actual suspensión de las operaciones productivas, a pesar de que los ajustes salariales quedaron sin efecto y los trabajadores cobrarán el dinero que dejaron de percibir en abril más la totalidad de mayo.