La industria de la maquinaria agrícola viene peleando desde hace tiempo por medidas que aporten a la reactivación del sector que está franco proceso de retroceso. El programa de competitividad para reactivar la producción de bienes de capital lanzado por el gobierno nacional alimenta a la esperanza del sector pero genera dudas acerca de su implementación.
Los principales interrogantes giran en torno a qué va a suceder con el mayor crédito fiscal que acumulen las operaciones. Por otra parte, también aumenta la pelea entre las unidades propulsadas y las autopropulsadas, situadas en dos regímenes diferentes, lo que impide que los beneficios del plan de competitividad sea usufructuado de la misma manera para todas las unidades. Los representantes de la industria coinciden que en que va a aumentar la demanda pero siguen insistiendo en más medidas para equilibrar las quitas y sostener la rentabilidad.
El programa de competitividad rubricado semanas atrás entre el gobierno nacional; las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe; empresarios y trabajadores metalúrgicos, para reactivar a la industria de los bienes de capital, genera expectativas. Sobre todo en el área de la maquinaria agrícola, un sector que atraviesa una muy difícil coyuntura.
Una de las medidas que más impactó en el sector fue la implementación de un bono fiscal del 14% que podrá ser utilizado para el pago de impuestos nacionales. Otra pata es la reducción de aranceles para los insumos importados que se destinen a la fabricación de maquinaria local. También fue bien recibida la rebaja del IVA al 10,5% y la reducción de los aportes patronales.
De todas maneras, las medidas marcan una división de aguas en el sector ya que dentro de esta industria las máquinas autopropulsadas como las cosechadoras, los tractores, los fumigadores, entre otras, no reciben estos beneficios, ya que están incluidas en el régimen automotriz. La única que abarca a todas las maquinarias por igual es la rebaja del IVA.
El crédito fiscal
"Sin duda que estas reducciones van a beneficiar a las ventas pero el problema es que aumenta considerablemente el saldo a favor en nuestra posición de IVA frente al fisco", explicó Miguel Distéfano, presidente de John Deere Argentina.
El directivo señaló que si bien el plan de competitividad es una medida de aliento para el sector, la demora en la devolución de los créditos fiscales acumulados por las empresas constituye una verdadera traba. Indicó que es esencial un mecanismo ágil de reintegro ya que aumenta con la implementación del bono del 14% y con la reducción del IVA.
"La rebaja del Iva se aplica a todos los bienes de capital, propulsados o no. En las máquinas importadas no hay problema pero en las que se fabrican acá, los componentes pagan el 21 por ciento y cuando se vende se cobra el 10,5%", advirtió Distéfano. Ergo, se agranda el saldo fiscal a favor y "la historia nos dice que es muy difícil trasladarlo".
De todas maneras, si bien reafirma que hay un mayor interés por parte de la demanda, el presidente de John Deere señala que las ventas por el momento están paradas ya que el anuncio todavía no fue materializado.
Desde la fábrica de pulverizadoras Metalfor coinciden en señalar que el tema de la devolución del IVA puede convertirse en un problema financiero, de no encontrar un mecanismo ágil de devolución.
"Son medidas por las que se ha peleado por largo tiempo y vemos que a los posibles compradores le interesa", indicó Eduardo Pelizzari, de la firma. "Si bien es demasiado reciente como para evaluar resultados, nos preocupa la división de los beneficios entre las unidades propulsadas y las que no lo son, como así también el mecanismo de reintegro", agregó.
Para Enrique Bertini, director de la firma que lleva su mismo nombre, el plan de competitividad puede generar cambios favorables porque "se empuja a la producción nacional".
Si bien nadie se arriesga a dar números acerca de cómo va impactar el paquete al sector, todos coinciden en que los resultados se verán con el largo plazo.
En ese sentido, el presidente de John Deere dio un panorama de cifras y expectativas que ilustran el cuadro de situación de la maquinaria agrícola.
"El resultado económico y financiero del 2000 fue positivo ya que hubo un 1,5% de rentabilidad sobre las ventas y esperamos un 3% para este año", señaló, aunque aclaró: "A nosotros particularmente nos ayuda el hecho de que fabricamos para exportar a Brasil".
Reconoció, no obstante, que todo el sector está atravesando un año con bajísimo nivel de ventas. Una sensación generalizada que se alimenta de la marcada iliquidez por la atraviesa el sector agropecuario y los ajustes que realizan las empresas que intervienen en toda la cadena de producción y comercialización.