La dudosa muerte de Diego Ariel Sequeira, un joven de 21 años que se hallaba detenido en la cárcel de Las Flores, se reactualizó en las últimas horas después de que un testigo de los hechos, Osvaldo Gudiño, denunció que había sido objeto de amenazas de muerte por parte de personal penitenciario en la cárcel de Coronda.
Gudiño permaneció detenido en Coronda durante aproximadamente diez días, hasta que la abogada Patricia Hidalgo interpuso un recurso de hábeas corpus por el cual el juez Julio César Costa dispuso su traslado a la comisaría 4ª al tiempo que inició una investigación de las presuntas amenazas.
"Durante varios días Gudiño fue amenazado en Coronda por varios miembros del personal penitenciario, a los que identificó ante el juez y a quienes conocía, ya que estaban en Las Flores cuando murió Sequeira", dijo la abogada Hidalgo.
"Según su denuncia, el personal del Servicio Penitenciario le dijo que si seguía declarando por la muerte de Sequeira no iba a salir vivo del penal. También le advirtieron que esperaban una revuelta -o incluso provocarla- para matarlo", agregó Hidalgo.
El episodio se encuentra rodeado de otras circunstancias extrañas, ya que aún se ignora por qué motivo Gudiño fue trasladado de la alcaidía de la Unidad Regional I a la cárcel de Coronda, dado que acababa de ser detenido por posesión ilegítima de arma de fuego.
El director del Servicio Penitenciario de la provincia, Arturo Gandolla, dijo a La Capital que "el traslado de Gudiño a Coronda fue ordenado por el juez García Porta". Sin embargo, el propio magistrado no sólo negó a este diario haber tomado esa disposición sino que afirmó haberse opuesto explícitamente a ella, al estar al tanto de la situación de Gudiño como testigo en la causa donde se investiga la muerte de Sequeira.
Fuentes consultadas por este diario consignaron al respecto que "el juez García Porta pidió explicaciones a la policía por el traslado de Gudiño a Coronda y se le respondió que había liderado una revuelta en la alcaidía, algo de lo que no existe ninguna constancia".
Por su parte, Gandolla negó las amenazas que se denuncian y puso énfasis en destacar que "Gudiño es un ex policía dado de baja por hacer extorsiones y que ahora no quiere estar detenido en el Servicio Penitenciario sino en la policía, donde puede tener prebendas de sus antiguos compañeros de fuerza".
Una muerte anunciada
Diego Ariel Sequeira murió el 2 de abril de 2000, en una celda de castigo de la cárcel de Las Flores. Según el Servicio Penitenciario, el preso se golpeó a sí mismo durante todo un día y después se ahorcó con una camisa.
Sin embargo, varios presos -entre ellos Osvaldo Gudiño- denunciaron más tarde que Sequeira fue golpeado brutalmente por personal del Servicio Penitenciario en la mañana del 2 de abril y luego, al parecer en un recurso desesperado para tratar de contener la paliza que según los testimonios recibía, se infligió cortes y pidió la asistencia de un médico.
"El médico llegó al penal, pero no se le permitió ingresar. En cambio, le enviaron a un enfermero, al que Sequeira se negó a recibir, porque él quería que lo sacaran de la celda de castigo. Los internos del pabellón disciplinario vieron después que dos efectivos del Servicio Penitenciario lo retiraron semi inconsciente de la celda y mientras uno lo trababa con una sábana el otro lo ahorcó", relató la abogada Hidalgo.
La muerte de Sequeira se produjo en momentos en que había una orden judicial para proceder a su traslado a otra dependencia. Esa disposición debía cumplirse el martes 4 de abril, indicaron sus familiares.
Por otra parte, Sequeira había advertido que recibía amenazas de muerte y sufría apremios ilegales en forma periódica. "Constantemente me decía, cuando yo iba a visitarlo, que lo amenazaban y que lo iban a matar. Tenía miedo y pedía que lo trasladaran", dijo Dora Viano, madre del joven.
"El viernes 17 de marzo (de 2000) le pegaron como bestias. Diego me mandó una carta con el cura de la cárcel, para que yo llamara a un juez y que alguien viera cómo lo habían dejado. Ese día lo agarraron con un caño del agua y le pegaron en la espalda", agregó la mujer.
Viano atribuyó el origen de las amenazas al hecho de que Sequeira "hizo una denuncia sobre ilícitos en la cárcel, que quedó radicada en el Juzgado de Instrucción de la 8ª Nominación" de Santa Fe.
"Dicen que se ahorcó, pero se hizo la reconstrucción del hecho y no dan las medidas para nada. Además están confirmados los apremios ilegales", agregó.
La madre de Sequeira recordó además que quince días antes hubo otra muerte dudosa de un preso en Las Flores (Fabián Olivera, fallecido el 21 de abril de 2000, quien habría sido víctima de apremios ilegales antes de morir, según denunciaron en la ocasión sus familiares. Por otra parte, se mostró conforme con la investigación que realiza en el caso el juez de instrucción Dardo Rosciani, aunque "nosotros tratamos también de investigar y de aportar datos porque queremos que esto se aclare".