El hombre de 39 años que mató a una mujer e hirió al esposo de ella en el barrio porteño de Caballito tenía una extraña personalidad, solía estar siempre desaliñado, no trabajaba y era mantenido económicamente por una tía, con la que convivió hasta que falleció, un mes atrás. Los vecinos del edificio donde vivía el homicida coincidieron en declarar que el hombre, conocido sólo como Luis, "era raro y a veces agresivo" en su actitud y en su diálogo. La encargada del edificio contó que el hombre no trabajaba y que, a su entender, tenía "alteradas" sus facultades mentales. "Creíamos que tomaba, muchas veces parecía borracho y pateaba todas las bolsas de basura que encontraba en los pasillos", dijo otro habitante del edificio. La encargada del inmueble relató también que el hombre guardaba una pistola, con la que solía "alardear". Contó que Luis solía hacerle bromas al respecto y le decía: "Ojo que está cargada".
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