Desde que nacemos y antes de adquirir el lenguaje, nos expresamos a través de las emociones. La sonrisa o el llanto le sirven al bebé como medio para manifestar lo que siente. Cuando aprendemos a comunicarnos verbalmente los gestos que delatan sentimientos quedan relegados y resulta sencillo mentir a través de la palabra. "Desde la psiquiatría, el arte puede servir como herramienta terapéutica para aquellas patologías donde la palabra no alcanza, como el autismo o los trastornos psicosomáticos", explica Carlos Caruso, médico especialista en psiquiatría y psicoanálisis y docente de musicoterapia en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. El especialista dialogó con La Capital en el marco del XVII Congreso Argentino de Psiquiatría, realizado en Mar del Plata el mes pasado, organizado por la Asociación de Psiquiatras Argentinos (Apsa) y la Asociación Psiquiátrica de América Latina (Apal).
"El arte posibilita la expresión de sentimientos y es altamente recomendabale en personas que no logran comunicarse mediante la palabra. En algún sentido la comunicación verbal limita. A través de esta se puede mentir, decir lo contrario de lo que se piensa. En cambio, mediante los gestos se expresa lo que la persona siente de verdad. Si se ruboriza puede ser porque está mintiendo, si transpira porque está nervioso", aclara.
Para que la expresión a través de manifestaciones artísticas curen es necesario un contexto terapéuico, aplicando las técnicas correctas. "Con sólo agarrar el lápiz, la persona no se recompone, incluso, a pesar de manifestarse a partir de la pintura, puede seguir siendo un neurótico. Pero si lo hace guiada por un profesional de forma adecuada, los resultados comenzarán a salir a la luz", subraya el especialista.
La palabra no alcanza
Según Caruso "no existe un tipo de arte que se adecue a cada patología. La elección entre la pintura, la danza o la música va a depender de las preferencias del paciente. Están las personas que pintan muy bien pero no saben bailar, y las que tienen facilidad para la danza y no pueden vocalizar una nota en forma adecuada. Aunque, en realidad, el arte como vía de expresión puede servir cualquiera sea el síntoma. En general, se utiliza como medio en aquellas patologías donde la palabra no alcanza.
"Empecé a utilizar la música cuando me dí cuenta que con otras técnicas fracasaba con los pacientes. No quería juntar el arte -lo que para mí era diversión, placer, creatividad- con la medicina, vinculada con el sufrimiento y el dolor. Pero el día que me dí cuenta que con la experiencia que tenía como músico podía ayudar a la gente, no lo dudé más", relata Caruso.
Y luego continúa relatando alguna de las experiencias: "uno de mis pacientes no podía regular sus emociones; cuando tenía un ataque de furia, daba patadas contra la pared. A partir del estudio de la batería pudo empezar a tomar conciencia de sus sentimientos, además que pasó a integrar distintos grupos musicales", recuerda.
"A través de la musicoterapia aumenta el nivel de endorfinas, lo que lleva a una mejoría en el estado de ánimo y a la disminución del dolor. Además, mejora el sistema inmunológico, disminuye la depresión y se hace más fácil la expresión de sentimientos", agrega.
Cuando una persona tiene experiencias satisfactorias mejora el nivel de fabricación de los anticuerpos; de la misma manera que cuando tiene vivencias negativas, los anticuerpos disminuyen y se generan enfermedades.
El sentido del olfato
La expresión de emociones es anterior al aprendizaje del lenguaje. Cuando nacemos, a pesar de no hablar, nos comunicamos igual con los seres que nos rodean. El pataleo, el llanto, el grito, la sonrisa son distintos modos de expresión de emociones.
"Las vivencias que tiene el ser humano antes del habla quedan registradas y luego no se pueden manifestar verbalmente. Los trastornos psicosomáticos se pueden generar debido a conflictos anteriores a la posibilidad de la utilización de la palabra. En estos casos, se recomienda el arte como vía de expresión, lo que lleva a la mejoría en la salud del afectado", explica Caruso.
Según estudios y observaciones de Darwin, muchos de nuestros sentimientos también están presentes en los animales. "El perro no habla, pero sin embargo registra los gestos, la actitud corporal, el olfato. Cuando una persona se predispone a algo produce cambios fisiológicos que generan secreciones hormonales, mayor o menor transpiración, entre otros, lo que deviene en olores. Estos son percibidos por los animales y les sirven para la orientación. De esa forma se comunican", ejemplifica.
En la historia de la humanidad el arte aparece antes que la ciencia. Algunas pinturas rupestres se remontan a aproximadamente 25.000 años antes de Cristo. La danza, como forma de comunicación y modo de organizar la sociedad, data de 9.000 años antes de Cristo. Las primeras tablillas en forma cuneiforme de la civilización sumeria encontradas cerca de Irak, son de 3.000 a 5.000 años antes de Cristo.
"El arte sirve como vía de expresión, comunicación y percepción, además refleja los acontecimientos históricos y puede anticiparse al futuro. Los artistas a través de sus obras han llegado a adelantarse un siglo.
Por ejemplo, en la película "Tiempos modernos", Chaplin planteó la problemática que hoy vive la humanidad. El film muestra una novedosa máquina de comer que se utiliza para que los empleados sigan trabajando sin que se detenga la línea de montaje. Como consecuencia de ello el obrero se vuelca la comida encima. Hoy la gente come parada, a las apuradas y la alimentación para algunos trabajadores llega a convertirse en un estorbo", cierra Caruso.
La Ciudad
