Carolina Taffoni
Después de la separación de Soda Stereo, en 1997, Zeta Bosio resignó los primeros planos para dedicarse a trabajar para otros. En un principio fue nada más que el sueño de impulsar a un puñado de bandas jóvenes. Ahora es un proyecto que tomó la forma de cuatro compilados, editados por una discográfica multinacional, que resumen la propuesta de 28 grupos de rock nuevos. Hace un año el ex bajista de Soda se incorporó al sello Sony con el pomposo cargo de "director artístico". "Pero soy más una puerta de entrada, un puente para los grupos de rock nuevos", reconoció desde el otro lado del teléfono. Zeta habló con Escenario de los cuatro compilados "Generación 2000", de sus planes con las bandas jóvenes, de la responsabilidad de las discográficas y de los límites para poder concretar sueños. -¿Cómo surgió la idea de armar los compilados? -Después de la separación de Soda yo me metí en el proyecto Nación Hip Hop, que lamentablemente no se concretó porque en ese momento no llegamos a ser comprendidos por las compañías. Yo me quedé con las ganas de compilar bandas nuevas, como la única posibilidad de que se den a conocer esos grupos, más por el divorcio que hay en estos días entre la gente y las bandas. La idea era recuperar el contacto con el público. Así me llegaron cerca de mil demos al sitio de Internet Proyectounder.com y también a la compañía. Los escuché a todos y traté de clasificarlos. -¿Cuál fue el criterio de elección? -Lo primario era la actitud, la propuesta. Si la propuesta era buena y el audio no alcanzaba nos metimos en el estudio para trabajarlo. Nos concentramos en lo que cada banda necesitaba. Yo era el conductor general del proyecto, con la participación de los grupos y también de Martín Carrizo. -¿Encontraste originalidad o los grupos siguen copiando patrones de afuera? -Hay grupos que recién están empezando y otros que ya se están proyectando. Pero hay algunos originales como Los Chabones, que hacen música sólo y exclusivamente con computadoras. Eso es nuevo y no encontré similitudes con nada extranjero. En la categoría pop hay una búsqueda, pero siempre está ligada a la influencia británica o del viejo rock nacional. La falta de trabajo y de perspectivas también hace que las bandas opten por asimilar un estilo ya aceptado y no puedan desarrollar uno propio. -¿Te llegó algún material de Rosario? -Recuerdo que en la época de Nación Hip Hop escuché a Bola 8 y otras bandas de ese estilo de Rosario. También conozco a Reyno Babylon, los ex Boys Have Penis, que me parecen bárbaros. Pero hasta ahora no pude concretar nada con una banda de Rosario. -¿Te sentís responsable por las bandas? -Responsable no, porque son ellos mismos los que van a ir elaborando su carrera. Yo soy como un médium, un puente para que las cosas que se sueñan sucedan. -¿Por qué justamente ahora las compañías se interesan por las bandas nuevas? -Hay una intención de búsqueda, pero todavía falta un compromiso más serio. El rock se tiene que acomodar a los nuevos tiempos. En los 70 era muy hippie, muy under; en los 80 los grupos se profesionalizaron, entraron en la locura de hacer discos caros con productores norteamericanos. Esa movida se fue extinguiendo en los 90, y hoy estamos como en los 70. Ahora hay que entender que para llegar a concretar un proyecto hay que hacer muchos más sacrificios que en los 80. -¿Los compilados alcanzan para reactivar el alicaído panorama del under? -Los compilados son un grito, nada más. Vamos a avanzar para tomar posiciones. Hay muchos que están haciendo fuerza para romper la inercia, para restablecer los circuitos. Con los grupos de los compilados ya hicimos dos presentaciones en vivo, y la idea es llevar el show a un teatro de Capital. También estamos en conversaciones con la Secretaría de Cultura de Córdoba para ir a tocar allá. -¿Es posible saber si una banda tiene potencial vendedor? -Las compañías no suelen trabajar con estudios de mercado serios. Este compilado es una especie de estudio de mercado. Si algo nos indica que una banda se desprende sola, vamos a tratar de ayudarla. -Ahora que estás del otro lado del escritorio, ¿cómo ves a los músicos que recién empiezan? -En general los noto muy apasionados, con ese amor y esa locura que se tiene en ese momento. No quiero decir que ese sentimiento después se pierda, pero uno se profesionaliza. En ese ambiente yo me contagio. Muchos me dicen: "¿Qué es lo que estás haciendo? ¿Te gusta meterte en problemas?". Yo les respondo que alguien tiene que intentarlo. -¿Qué es lo que más y menos disfrutás de tu trabajo? -Lo que más disfruto es concretar sueños. Lo que menos me gusta es cortar alas. En la compañía no disponemos de mucho dinero, tenemos que ser muy creativos para generar algo. Cuando grabamos los compilados, a la hora de los formalismos, algunos grupos hicieron crisis. Es difícil aceptar trabajar con los códigos de una compañía cuando se tiene un espíritu independentista. Ocho bandas que fueron seleccionadas eligieron no participar porque no les cerraba el contrato. -¿No tenés miedo de convertirte en otro ejecutivo de saco y corbata? -Espero que eso no pase. Yo confío en que tengo un estilo de hacer las cosas y sé que lo mío no respeta mucho los formalismos. A mí me bancan por la trayectoria y espero que también lo hagan por los resultados. Por el momento puedo manejar mi trabajo con mucha libertad. -¿Cómo ves el panorama del rock nacional hoy? -El panorama es próspero, es muy productivo. Ahora hay más presencia de las bandas, lo que falta es protagonismo. Hoy es más fácil armar un grupo, comprar una guitarra, un equipo, alquilar una sala para ensayar. Antes había que hacer un montón de sacrificios para llegar al primer ensayo. Hoy llegás al primer demo con mucha facilidad, el tema es qué hacer después. Hay un muro que muy pocos logran saltar. -¿Planeás una carrera como solista? -No, no la estoy planificando. Estoy tocando para ejercitarme y anoto las ideas que me surgen. De volver me gustaría hacerlo con un grupo. Yo soy adicto a formar parte de las bandas. -¿Te llama la atención que los ex Soda hayan tomado caminos diferentes? -No. El perfil que tenemos ahora también se daba dentro de la banda. Ahí lo fuimos ensayando. En Soda yo estaba en la parte de la organización y la producción, era una especie de maestranza (risas), ya desde los comienzos.
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