Jorge Salum
El juez que investiga supuestos pedidos de coima de tres inspectores municipales a empresarios de la noche encontró un cheque personal del dueño de dos discotecas en la cuenta bancaria de uno de los funcionarios sospechados. Se trata de un valor de pago diferido por 1.000 pesos depositado en su caja de ahorro por el inspector Miguel Angel Ariel Segovia, acaso el más comprometido de los funcionarios municipales que desde hace tres meses están bajo la lupa de la Justicia. El titular del cheque es César Yassogna, dueño de las disco Búnker y Urban. El hallazgo parece darle crédito a una denuncia que atribuye a Yassogna y sus socios Alberto Sanfilipo y Enzo Bernasconi el pago regular de sobornos a Segovia, a su jefe en la Dirección de Registración e Inspección, Julio José Occhi, y al empleado administrativo del mismo organismo Maximiliano Adolfo Aydar. Occhi, Segovia y Aydar fueron denunciados ante la propia Municipalidad por cuatro propietarios de bares nocturnos de Rosario que los acusaron de pedirles coimas a cambio de protección para sus negocios. Luego la Municipalidad llevó la denuncia ante la Justicia, y la investigación del juez Carlos Carbone sumó nuevos indicios contra los inspectores. Uno de esos indicios fue aportado por el dueño del bar Go, de Alberdi al 1000, Diego Nicolás Vitale. Según este empresario, él mismo abrió la caja de ahorro Nº 402335520753 en el Banco de Galicia para depositar allí, junto a sus colegas, los montos de las coimas. Otro indicio, acaso más sorprendente que el anterior, lo aportó nada menos que la madre de uno de los tres propietarios de Búnker y Urban. La mujer le contó al juez que ellos pagaban regularmente los sobornos para poder seguir funcionando, y que el dinero iba a parar a los bolsillos de Segovia y Aydar. Hace diez días, este diario publicó una fotografía tomada dentro de Urban en la que Aydar aparecía abrazado a Sanfilipo, Yassogna y otra tercera persona no identificada, con una copa en la mano, en una actitud que no parecía reflejar precisamente el clima que debería reinar en una inspección municipal a un boliche muchas veces clausurado por funcionar al borde de los reglamentos. Ahora, el hallazgo del cheque de Yassogna en la caja de ahorros de Segovia parece darle la razón a la madre de uno de los empresarios que se atrevió a denunciar los sobornos, y que tanto su hijo como sus dos socios negaron sistemáticamente ante el juez Carbone. El cheque de pago diferido del Banco Municipal es de la cuenta Nº 020-0004083/9, que pertenece a César Alberto Yassogna, con domicilio en Tucumán 1149 de Rosario y Cuit Nº 20-20923397. El número del cheque es 06500020000502014902000040839ª. Y el monto es por 1.000 pesos. El documento fue confeccionado el 9 de agosto de 2000 para ser cobrado a partir del 29 del mismo mes. Ocho días después, el 6 de septiembre, Segovia lo depositó en su caja de ahorro, también en el Banco Municipal, a través del cajero Nº 36 de la casa central ubicada en San Martín 730. Los 1.000 pesos quedaron acreditados así a la caja de ahorros Nº 24393/43 bajo el concepto de "Crédito p/cheque propio" y se sumaron a un saldo de 451,92 pesos que Segovia ya tenía acreditados en esa cuenta. Toda esta información fue aportada por el Banco Municipal de Rosario a pedido del juez, en un oficio que llegó al juzgado hace un par de semanas. Segovia todavía no fue convocado por el magistrado para explicar el origen del cheque, aunque en caso de que lo citen difícilmente lo haga ya que hasta ahora siempre se amparó en su derecho constitucional a abstenerse de declarar. Tanto Segovia como Occhi y Aydar ya fueron procesados por Carbone por el delito de exacciones ilegales, y ninguno de los tres apeló la medida. Ahora el trío está bajo investigación en otro magistrado (Eduardo Suárez Romero) porque hace un año fueron denunciados por la propietaria de un bar de Fisherton, el Imago, también por exigir coimas a cambio de protección para su negocio.
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