La Argentina, con la dirección nacional del Antártico, fue uno de los primeros países que advirtió la ruptura de la barrera de hielos de Larsen, aseguró Skvarca. La denuncia original se hizo en 1998 y motivó una movilización mundial para registrar esos cambios del continente que guarda la mayor masa de agua dulce del mundo, recordó el especialista que viaja el menos una vez al año, desde 1974, 40 días a la Antártida. El ingeniero de gran apego al rigor científico explicó que la Antártida es el continente más alto, más frío, con más agua y más desértico de todos, esto último en referencia a que allí las precipitaciones apenas superan los 50 milímetros anuales. Esa cifra la comparó con los 200 milímetros anuales de agua que caen en la Patagonia, "que nosotros llamamos desierto", dijo y la contrastó con los 6.000 milímetros anuales de la cordillera patagónica donde se forman los glaciales Perito Moreno, Upsala o Ameghino. En la búsqueda de contrastes aseguró que "el glaciar PíoXI, de Chile no retrocede sino que avanza debido a que se formó junto a un volcán activo que lanza gran cantidad de cenizas", para oponerlos a los glaciares argentinos que se reducen. El estudioso remarcó también que todas las observaciones de la península Antártica deben tener en cuenta que es un lugar donde existe "gran variabilidad climática", en contraste con el resto del continente donde los valores obtenidos son más regulares. Es que en la península se estudia un glaciar que termina en tierra para analizar el cambio climático, por lo que ante la variabilidad optó por aferrarse al rigor científico que solo pueden dar los registro de largos períodos.
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