Pablo F. Mihal
Duendes volvió a ser Duendes, ese equipo que juega, que gusta y que gana. Ayer logró un triunfo tan importante como categórico, ante un rival como Universitario de Santa Fe que a priori se presentaba como muy difícil, pero que ayer no contó con los pergaminos necesarios ni siquiera para comprometer en algún momento un marcador que siempre fue favorable para los verdinegros. El 32 a 3 final muestra a las claras lo que pasó dentro del campo de juego. Los porqué de este triunfo abultado hay que basarlos en un excelente trabajo colectivo, pero por sobre todas las cosas en la actitud que mostró el equipo a lo largo de todo el partido. Duendes jugó concentrado durante los 80 minutos y a un ritmo arrollador, con apoyos constantes tanto en ataque como en defensa. Se controló en los momentos que tuvo que hacerlo y desató su furia en un rugby de alto vuelo. Primero hubo un intercambio de penales. Después el try de Maximiliano Nannini marcó el camino. A partir de ahí, Duendes comenzó a hacerse el dueño del juego por lo que las modificaciones en marcador no tardarían en llegar. Universitario, en tanto, comenzó a lamentar la ausencia de Andrés Yrigoyen. Sin él la visita fue muy reiterativa en los ataques y careció de sorpresa. Tampoco supo modificar su esquema a tiempo. Por momentos la visita intentó sacar a los verdinegros del partido apelando al juego friccionado, pero Duendes no entró en la variante y fiel a su libreto siguió haciendo la suya, desplegando un juego de muchos pases, teniendo el control de la pelota y defendiendo a puro tackle si era necesario. Además la inteligencia de la pareja de medios le otorgó mucho criterio a esos ataques. No obstante, la falta de puntería de Mangiamelli le impidió por momentos aumentar las cifras en el marcador. Sin embargo, los intentos valían. En la mejor jugada de la tarde Duendes llegó al segundo try cuando el primer tiempo ya expiraba. Participaron todos sus backs haciendo gala de un muy buen manejo y de una exquisita precisión en los pases. Así, Agustín Bianchi sólo tuvo que apoyar en lo que significó su primer try en primera división. Los segundos cuarenta minutos también trajeron su pan bajo el brazo para la gente de Las Delicias. Rodrigo Pujol se convirtió en un verdadero verdugo. En apenas cuatro minutos llegó dos veces al try y prácticamente liquidó el pleito. Conde, en tanto, que tomó la posta sobre el final del primer período en los envíos a los postes ya que Mangiamelli no tuvo una afortunada tarde en esos menesteres, siguió sumando. Universitario no tuvo ningún tipo de respuestas. Buscó con más ansias que inteligencia, pero se encontró con una verdadera muralla que no permitió en ningún momento que se filtrara ni siquiera la mínima duda. Con el resultado asegurado llegaron los cambios, pero la estructura siguió intacta y el ingoal verdinegro descansó virgen hasta que Rabuffetti dijo basta y dio por terminado el encuentro.
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