George W. Bush dijo que el dinamitero de Oklahoma City "tiene suerte de ser un norteamericano" a raíz de que su ejecución ha sido aplazada debido a una omisión por parte del FBI. "Este es un país que hace todo lo posible para asegurarse de que sus derechos constitucionales sean respetados, en lugar de apresurarse a hacerle cumplir su destino", dijo el presidente. Como gobernador de Texas, Bush autorizó durante los últimos años 150 ejecuciones. "Es importante para nuestro país asegurar que los hombres, en caso de ser condenados a muerte, reciban un trato justo. Mi administración reaccionó de la manera que debía hacerlo", declaró el mandatario.
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