Washington. - Según informaciones del Washington Post, el anticuado sistema informático del FBI tiene la culpa del imprevisto. El jefe del FBI Louis Freeh, quien presentó su dimisión hace unas semanas para trabajar en la empresa privada, pidió a sus oficinas que entregaran a los abogados de Timothy McVeigh cualquier papel relevante en el proceso. Pero según el funcionario del FBI, el sistema de búsqueda de la computadora "se saltó" las 3.000 páginas del archivo, que estaban depositadas en 46 sucursales diferentes. Después, en un examen manual, los documentos fueron finalmente encontrados.
Para el FBI, este no es el primer error de este tipo. En 1999 se recibieron denuncias acerca de la desaparición de información relacionada con el presunto espía nuclear Wen Ho Lee. En tanto, Wen Ho Lee se encuentra en libertad. McVeigh no puede aspirar a ello, pero por lo menos ha conseguido que el interés mediático sobre su ejecución crezca. El ex abogado de McVeigh, Richard Burr, explicó que los documentos podrían mostrar que el acusado tenía un cómplice y que quería ocultarlo.
Conmoción
Mientras, los familiares de las 168 víctimas del atentado con bomba contra un edificio oficial en Oklahoma están conmocionados y no entienden nada. Seis años después del crimen más sangriento en la historia de EEUU, un error del Buró Federal de Investigaciones (FBI) retrasó la ejecución del acusado, planeada para la próxima semana. "Me siento mal", explicó desconsolada Marcia Knight, quien perdió a su hija de 23 años en el atentado de 1995. Mientras, Paul Howel, otro de los familiares, dijo a la emisora de televisión CNN que cuando oyó hablar de lo ocurrido en el FBI creyó que se trataba de una broma. "McVeigh sería capaz de utilizar todo para retrasar la ejecución, sólo para mostrar a todos que controla la situación", consideró Peggy Broxterman, madre de uno de los muertos, en declaraciones al diario local The Oklahoman.
Para McVeigh, de 33 años, habrá sido seguramente una satisfacción la confesión del FBI de que "por descuido" no entregó a los abogados unas 3.000 páginas con declaraciones de testigos y fotos de otros sospechosos en el caso. Este sentimiento sería comprensible en vista del odio que el veterano de la Guerra del Golfo tiene al Estado. Sin embargo, asumió la autoría del acto y explicó que quiere la aplicación de la pena.