Después de Buenos Aires, cuya zona franca de La Plata está en pleno funcionamiento, Santa Fe fue la segunda provincia en gestionar el emprendimiento autorizado por una ley nacional de vieja data. Pero mientras los santafesinos todavía aguardan que se destrabe la intrincada maraña burocrática, las zonas francas de Córdoba, Mendoza y San Luis ya están en pleno proceso de desarrollo, en tanto las de La Pampa y Misiones también fueron autorizadas. Si bien no son pocas las empresas santafesinas radicadas en La Plata que aguardaban el inicio de actividades de la ZFS para emigrar a Villa Constitución, la demora provocó que firmas de esta provincia hayan decidido radicarse en la zona franca de Córdoba. También es incierto el futuro de una importante inversión extranjera que había puesto sus ojos en la ZFS. La empresa que estaba gestionando su radicación se encarga de la elaboración y exportación a Estados Unidos de pastillas de freno y forros de embrague en base a polvo de acero, un material que reemplazará al asbesto que, como ha sido demostrado mundialmente, es altamente cancerígeno.
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