Año CXXXIV
 Nº 49.108
Rosario,
domingo  06 de
mayo de 2001
Min 6º
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La imaginación y la realidad del mundo
Una selección de cuentos y poemas de Silvina Ocampo

Paola Piacenza

Toda antología supone, en primer lugar, el ejercicio de una selección pero, también y por lo mismo, una valoración. No sólo se incluyen aquellos textos que se consideran representativos sino además los que se piensan mejores que otros. Esta condición propia del género se extrema cuando la antología se califica como "esencial". Aquí la necesidad implica una jerarquización y una forma de magisterio. Los textos esenciales son los que no puede obviar ningún lector. Esta ha sido la intención que guió la selección de textos que componen la "Antología esencial de poesía y cuentos" de Silvina Ocampo (1903-1993) realizada por Daniel Gigena y Mercedes Güiraldes y que forma parte de un proyecto de reedición emprendido por la editorial Emecé que se inició en 1998 con la publicación de "Viaje Olvidado" (1937), el texto inicial de la autora.
El libro reúne narraciones de la totalidad de la cuentística de Ocampo -"Viaje olvidado", "Autobiografía de Irene" (1948), "La Furia" (1959), "Las invitadas" (1961), "Los días de la noche" (1970), "Y así sucesivamente" (1987), "Cornelia frente al espejo" (1988)- y poemas de todos sus libros de poesía con excepción de "Sonetos del jardín" (1948): "Enumeración de la patria" (1942), "Espacios métricos" (1945), "Poemas de amor desesperado" (1949), "Los nombres" (1953), "Lo amargo por lo dulce" (1962) y "Amarillo celeste" (1972). No fueron incluidos ejemplos de su tarea como traductora o de sus obras en colaboración; la novela policial "Los que aman odian", con su marido Adolfo Bioy Casares, y la obra teatral "Los traidores", escrita con Rodolfo Wilcock; tampoco de sus textos para niños.
Enlos últimos años -especialmente desde su muerte- y a pesar de su voluntario apartamiento de los círculos publicitarios y consagratorios durante su vida literaria, se ha venido dando un proceso de canonización de la obra de Silvina Ocampo, evidenciado en el desarrollo de numerosas tesis y proyectos de investigación sobre su literatura tanto en el ámbito académico nacional como internacional así como por el propio hecho del interés por la reedición de sus textos que este libro testimonia. El fenómeno atiende a distintas causas entre las que se destacan los estudios de género y la creciente reflexión sobre la literatura argentina de las últimas décadas, en la que esta escritora ocupa un lugar central no sólo por la singularidad de su escritura sino también por haber formado parte de la generación que empezó a ser conocida a través de la revista Sur, que dirigía su hermana Victoria.
El cuento y la literatura fantástica han sido los dos ámbitos desde los que se ha recepcionado y ponderado la literatura de Silvina Ocampo. Formó parte de dos antologías inolvidables y fundantes en la historia de la literatura argentina como la "Antología de la Literatura Fantástica", de la que fue autora junto con Jorge Luis Borges y Bioy Casares, y la "Antología del Cuento Extraño", seleccionada por Rodolfo Walsh. La crítica ha señalado unánimamente su maestría en el tratamiento de las relaciones de lo real y lo fantástico a través del planteo de una ambigüedad que desrealiza una y otra instancia sin que medie una "solución" que explique la contradicción. Por la ironía, la crueldad y la sorpresa del humor, Ocampo descubre la irremediable extrañeza de la presunta inmediatez de una anécdota infantil ("El pecado mortal"), una conversación ("El vestido de terciopelo"), una fiesta de cumpleaños ("La invitada") o la relación entre dos amantes ("Y así sucesivamente").
Dijo José Bianco que Ocampo crea una atmósfera donde "la fantasía, en vez de alejarnos, nos aproxima a la realidad y nos interna en ese segundo plano que los años, la costumbre y los prejuicios parecían haber ocultado definitivamente a nuestros ojos". En palabras de la propia autora, en esta obra "lo que imaginamos los mortales/ forma la realidad del mundo" (de "Advertencias vanas", en Amarillo celeste).
Su poesía es menos conocida aunque también ya ha sido reeditada en otras antologías de la autora. Como en los casos de Katherine Mansfield o Norah Lange - con cuyas literaturas mantiene una estrecha cercanía-, los versos de Ocampo vuelven sobre los motivos de los textos en prosa: los ritos y los hitos de la infancia, el amor y la "enumeración de la patria" a través de sus sabores, sus colores e imágenes. Apela a formas métricas tradicionales como el soneto o la rima consonante pero trata con decidida irreverencia los "grandes temas" de la poesía como cuando la mujer que espera quiere convertirse "en perro, de alegría" ("Espera") o la fidelidad melancólica del abandonado se considera "tediosa y vulgar" porque prefieren "morir por no sufrir, y que no mueren" ("Amor").
La narrativa se impuso, de todos modos, a la poesía en la memoria literaria nacional por la trascendencia que el cuento y el género fantástico tienen en la literatura argentina. La poesía es "una especie de regalo que viene de repente", había declarado la autora al referirse al lugar que ocupaba la producción poética en su obra, durante una entrevista en 1975.



La obra de Silvina Ocampo, objeto de revalorizaciones.
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