Una empresa constructora de la zona oeste fue asaltada por tres hombres que según fuentes de la firma se llevaron más de 3 mil pesos luego de inmovilizar a los empleados. Sin embargo, una fuente de la investigación sostuvo que el monto robado ascendía a la suma de 13 mil pesos. El dinero robado estaba destinado al pago de las quincenas de los obreros de la firma.
El suceso ocurrió anteayer en la empresa constructora Dasa, ubicada en una vieja casa reciclada de San Nicolás 937. La firma está dedicada a la construcción de edificios de departamentos.
Según contó el ingeniero Juan Carlos Di Franco, empleado de la empresa, el robo fue perpetrado por tres hombres. Cerca de las 15.30 del viernes, Di Franco se disponía a llevar el dinero de las quincenas a los operarios que están trabajando en las diferentes obras de la constructora cuando un empleado tocó el portero eléctrico. La empleada que atendió el llamado le abrió la puerta y detrás del trabajador ingresaron tres jóvenes "bien vestidos". Los empleados presumieron que se trataba de personas que "venían a buscar trabajo" y no pensaron que en realidad eran asaltantes.
A punta de pistola
Pero pocos segundos después, los cuatro trabajadores que estaban en ese momento se sorprendieron cuando comprobaron que su presunción era equivocada: dos de los hombres desenfundaron una pistola de calibre y un revólver. Enseguida, los maleantes dieron una orden precisa: los empleados fueron obligados a tirarse al piso boca abajo. Junto a ellos había un plomero que había ido a cobrar su jornal y el trabajador tampoco se salvó del robo, ya que le sustrajeron los papeles de su auto, la llave del vehículo y sus documentos.
Mientras esto ocurría, en la oficina de tesorería, Di Franco terminaba de "ensobrar" los sueldos y se disponía a recorrer las diferentes obras en construcción que tiene la empresa para pagarles las quincenas y los salarios familiares a los albañiles. El resto de los empleados eran vigilados de cerca por dos de los maleantes mientras el tercero se dirigía al fondo para reducir a una de las trabajadoras que estaba en una oficina.
Con la situación controlada, los asaltantes se apoderaron del dinero y se fueron caminando, pero antes introdujeron a los empleados en la parte posterior del inmueble.
Los maleantes, según contó Di Franco, actuaron con rapidez y las víctimas del atraco no pudieron observar el rostro de los ladrones. "No pudimos verles las caras porque enseguida nos hicieron tirar boca abajo", explicó el testigo.
Ayer a la mañana el profesional sospechaba que los maleantes conocían sus movimientos ya que los días viernes "se pagan habitualmente las quincenas" a los albañiles. Pero además otra circunstancia que ocurrió le permite avalar esa hipótesis: un rato antes del atraco llegó un obrero a la empresa y vio a un grupo de hombres esperando al lado de la puerta.
El suceso fue denunciado en la comisaría 6ª, que inició la investigación del caso. Un vocero de esa seccional señaló que los maleantes no fueron reconocidos por las víctimas del atraco en los álbumes fotográficos de la comisaría de San Luis al 3200. "Los empleados dijeron solamente que los ladrones tenían entre 20 y 22 años, que estaban bien vestidos y no parecían delincuentes", explicó el portavoz.
La Ciudad
