Sindicalistas, militantes antimundialización y defensores del medio ambiente y de los derechos humanos se movilizaron en numerosas ciudades del mundo con motivo del Día del Trabajador, que este año fue mas pacífico que en años anteriores, pese a las alarmistas previsiones en algunos países. En Alemania, 500 mil personas respondieron a la convocatoria de los sindicatos para reivindicar el pleno empleo y la reducción de las horas extras.
La manifestación central tuvo lugar en Rostock (este del país), donde los oradores principales fueron el Jefe de gobierno, Gerhard Schroeder, y el presidente de la Confederación de Sindicatos, Dieter Schulte. Sin embargo, la celebración se vio ensombrecido por manifestaciones neonazis del Partido Nacional Alemán (NPD) en numerosas ciudades alemanas, en algunas de las cuales se produjeron enfrentamientos entre neonazis y contramanifestantes de extrema izquierda.
"Fechorías del capitalismo"
En Londres, en tanto, se produjeron enfrentamientos entre la policía y alrededor de tres mil personas en el distrito comercial de Oxford Circus. Los manifestantes, que denunciaban "las fechorías del capitalismo", permanecieron durante horas rodeados por la policía que en varias ocasiones intervino para impedir que rompiesen la barrera. Por la tarde, unas 31 personas habían sido detenidas, según Scotland Yard, mientras que fuentes médicas informaron de diez heridos leves. Las concentraciones estuvieron vigiladas por unos seis mil agentes a pie, a caballo y en helicópteros.
En las principales ciudades de Francia se manifestaron varios miles de personas, incluidos muchos trabajadores cuyo empleo está actualmente amenazado. En París, 20 mil personas -según los sindicatos- desfilaron para protestar por los despidos colectivos y la precariedad del empleo.
En Moscú, 15 mil simpatizantes comunistas, según la policía, se congregaron en la plaza de la Revolución para escuchar al jefe del Partido Comunista, Guennadi Ziuganov, quien denunció a "los oligarcas dispuestos a vender al país".
En Australia, se produjeron enfrentamientos en Sydney entre la policía y grupos de anarquistas, defensores del medio ambiente y estudiantes que protestaban contra la globalización. Unos 30 policías y 30 manifestantes resultaron heridos.
En Turquía, miles de manifestantes desfilaron en 44 ciudades, sobre todo en Estambul, Ankara e Izmir (oeste), en momentos en que el país atraviesa una crisis económica sin precedentes.
En Seúl, la policía prefirió ceder ante el empuje de unos 20 mil manifestantes opuestos a la política económica del presidente surcoreano Kim Dae Jung. Unos 15 mil agentes habían sido desplegados para evitar que los manifestantes atacasen los edificios gubernamentales.
En Pakistán, unos 20 mil policías y paramilitares fueron desplegados en Karachi, metrópoli económica del país, para impedir una manifestación de partidos políticos que pedían una vuelta a la democracia. Las fuerzas de seguridad procedieron a detenciones en masa.
En Zúrich, la policía llevó a cabo decenas de detenciones entre grupos que, al margen de la manifestación oficial, arrojaron piedras y cohetes y rompieron algunos escaparates.
En tanto, la celebración sirvió en Bélgica para reivindicar la creación de más puestos de trabajo, la reducción de impuestos y el incremento de las pensiones.