Capitán Bermúdez. - El intendente Gerardo Carlucci y los representantes de los trabajadores municipales acordaron ayer una tregua en el conflicto para sentarse a negociar en pos de una solución definitiva. El acta firmada en la delegación de la gobernación santafesina en Rosario implicó que los obreros desalojaran ayer por la tarde la sede comunal mientras la Intendencia suspendió los efectos de una serie de medidas disciplinarias y se redistribuye el ingreso de modo más favorable a los sueldos de planta permanente. Pero lo más importante: el lunes reabre el municipio y todos esperan que por mucho tiempo.
Más allá de las posiciones inflexibles demostradas en el último mes, ambas partes deben haber llegado ayer a la nueva reunión convocada por la Secretaría de Trabajo de la provincia con el secreto deseo de llegar a un acuerdo perdiendo lo menos posible. Es que el tiempo hizo lo suyo, desgastó demasiado el panorama y ya no hay vecinos que soporten este sainete en las calles de la ciudad. "Lo que pasa es que la gente quiere que el intendente gobierne y los empleados trabajen, y ya no se banca nada más", decía ayer un funcionario al arriesgar un por qué sobre el acuerdo.
El convenio se basa en el desalojo del municipio para su normal funcionamiento, la apertura de las cajas para recaudar, el pago -de la mejor manera posible- de sueldos y el paulatino saneamiento financiero de la comuna. Esos números podrían alguna vez plasmarse si se liman aspectos más reñidos con lo político, o bien con ciertos odios que supieron acumularse entre el intendente Gerardo Carlucci y las huestes del sindicalista bermudense Jesús Monzón.
Estos aspectos se refieren a una treintena de sumarios que el sindicato viene peleando por lo menos desde hace dos meses para que queden sin efecto. Precisamente, por estas medidas pasará lo más jugoso de estas tres semanas de negociaciones, aunque se advirtió que hay otros temas por discutir y consensuar.
Cuando el lunes dictó la conciliación obligatoria, el secretario de Trabajo Oscar Ercoli no estaba muy convencido. Prefería lograr un espacio de diálogo para que las partes siguieran negociando. Si bien no le agradó que su medida no fuera acatada, ayer logró uno de los objetivos principales: se desaloja el municipio, se vuelve a un estado de legalidad, se termina el dilema de la represión y desalojo por la fuerza -el juez penal sanlorencino Eduardo Filocco venía prorrogando artificiosamente la orden de desalojo habida cuenta de la intención de los municipales de resistir "hasta el final"- y se vuelven a generar recursos para sueldos. Tal vez esta nueva coyuntura ayude a limar las últimas asperezas, aunque en Bermúdez nunca se sabe.
"El intendente revirtió una de sus posturas inflexibles: los 19 sumariados suspendidos por noventa días hábiles sin goce de sueldo se reintegrarán y van a cobrar los días que estuvieron sin trabajar. En el marco de la negociación se interrumpen los efectos de estos sumarios. Respecto de otros trece anteriores, que originaron diez traslados, en estas reuniones se charlará sobre la posibilidad de que vuelvan atrás", resumió Monzón, titular de los municipales bermudenses, para quien la reunión demostró "grandes avances".
El gremialista explicó además que, del setenta por ciento de la recaudación ordinaria destinada a sueldos, el noventa por ciento será para la planta permanente, así como el ciento por ciento de la moratoria. "Se calcula que así vamos a poder estar cobrando en tiempo y forma, según lo que se estuvo recaudando durante los meses en los que se trabajó normalmente". No obstante, el lunes ya estarían recibiendo algo a cuenta, según les adelantó Carlucci, mientras que el viernes se llevarían gran parte de la recaudación de la semana.
Todo por el diálogo
Otro aspecto del convenio pasa por la relación entre planta permanente y contratados en el municipio. "El intendente deberá dar muestras de trabajar con la planta permanente", dijo Monzón, quien hizo suyo un ejemplo que tomó prestado del titular de Municipios, Ricardo Spinozzi: "Si hay una sola herramienta para un contratado y un agente de planta, que éste tenga la prioridad para trabajar".
"Vinimos con propuestas orientadas a encontrar un diálogo lo más amplio posible, para empezar a solucionar esto. Habrá que ir avanzando y para eso es indispensable arrancar la semana con la Municipalidad en funcionamiento y con una mesa de negociación lo más amplia y honesta posible, sobre todo, para beneficiar a los vecinos de Capitán Bermúdez", sostuvo Carlucci al término de la reunión.
El intendente se refirió a acuerdos "genéricos" y otros detalles que limar para llegar a una solución "definitiva y duradera". Pero para Carlucci, lo más importante fue haber destrabado la crisis para volver a negociar.
En cuanto a los sumarios, señaló que se suspendieron sus efectos hasta que se vean los avances que vayan a haber en la negociación, al tiempo que remarcó: "No es el único punto por limar, hay otras cosas que deberemos dejar en claro con los municipales. Pero todo lo que sea en favor del diálogo lo vamos a hacer".
Y cuando las firmas estaban por plasmarse, una nueva duda sobre comas y palabras trabó el acuerdo por una hora. "No fue nada", dijeron las fuentes ante la consulta del cronista de este diario, temeroso de que el acuerdo durara menos que un suspiro. "Está todo bien", coincidieron, aunque nadie se animara a asegurar que el convenio alumbre una solución definitiva. A la medida de 30 mil vecinos inocentes.