Los comercializadores de droga no eligen al azar a las personas que pasan droga en sus cuerpos, conocidas como mulitas. Estas reciben un entrenamiento para habituar sus sistemas digestivos a la presencia de hasta cien cápsulas de diez gramos de peso, semejantes a una pila chica, lo que implica un largo proceso. ¿Cómo hacen? Las cápsulas donde está la droga se recubren con látex para que los jugos gástricos no provoquen la rotura de las mismas, lo que originaría un deceso seguro. Al momento de ingerirlas, las cápsulas son lubricadas con aceite o vaselina, para facilitar la ingesta. Las mulas siguen un adiestramiento que empieza con la deglución de uvas. "Las comen enteras, sin masticar, de modo de habituarse. Luego van probando con elementos más grandes. Finalmente ingieren las cápsulas que son semejantes a un dedo pulgar de una mano mediana", dijo un informante de drogas peligrosas. En general, afirman los policías, las personas que suelen transportar droga de este modo tienen una contextura física semejante. "Son todos robustos, tirando a obesos, es decir con cavidades estomacales prominentes", describió el informante. Frente a la sospecha, las mulas terminan prácticamente autoincriminándose. "Tienen un tiempo para cargar las cápsulas porque luego deben ser evacuadas. Suelen pedir un baño porque además de la necesidad física tienen en claro el riesgo de muerte que corren", expresó el vocero.
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