Año CXXXIV
 Nº 49.101
Rosario,
sábado  28 de
abril de 2001
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Ganaderia
¿La aftosa vino de afuera o ya estaba en la Argentina?
El especialista Juan José Noste investiga el motivo de la reaparición de la enfermedad. Las hipótesis

En el sur provincial, la aftosa sigue convocando la atención de los productores. Ante la posibilidad de elaborar un documento crítico, veterinarios y productores analizaron en profundidad el tema junto a Juan José Noste, especialista en epidemiología.
"Hay un gran malestar por todo lo que pasó", explicó Luis Amestoy, del Círculo de Veterinarios de Firmat, que convocó a Noste, profesor de clínica de grandes animales en la Facultad de Veterinaria de la UNR. Un profesional que tuvo ojos críticos para aquella última y simbólica vacunación que se realizó en una localidad de Córdoba en 1999.
Explicar el motivo del último brote de aftosa es una de las condiciones para discutir con algún grado de realismo el tema, dijo Noste. "Si después de aquella última vacunación todos dijeron que ya era una enfermedad exótica, investigar el motivo de su reaparición forma parte de mi hipótesis de trabajo", adelantó.

Remontando el camino
Según Noste, en 1870 se describió el primer brote de la enfermedad que había ingresado una década atrás en el territorio nacional, mientras que en el mundo la aparición de la patología se remonta a Italia, en el año 1517. "Esto marca que la adaptación que tuvo el virus es de larga data y no es tan simple pensar que en pocos años, y solamente con la vacuna, iba a estar eliminado", explicó.
La suspensión de la vacunación con un Estado que está en franco retroceso en inversión sanitaria, generó el marco para la vuelta a escena de la enfermedad. "No sólo es el virus sino el dilema del movimiento de hacienda en la Argentina, si interpretamos la dinámica del flujo bovino tendremos más posibilidades de interpretar los factores de riesgo que ayudarían a prever la aparición e instalación de los focos", aseguró Noste.

Virus autóctonos
Para el especialista en la epidemiología de la aftosa, las estrategias y el marco regulatorio y de inversión económica fueron los grandes ausentes que antecedieron a la aparición del último brote de aftosa. Un dato insoslayable es que, históricamente, los focos de la enfermedad aparecen en la pampa húmeda, escenario del movimiento de hacienda que proviene de los sectores de cría.
Rastreando la historia de la ganadería argentina resulta evidente un movimiento concéntrico de la actividad en la pampa húmeda, dijo Noste, y acotó que en esa zona, los últimos focos fueron en la zona de Rufino y Villegas. Llamativamente, las mismas regiones desde donde surgió el alerta rojo en la última mitad del año pasado.
En promedio, unos 4 millones de bovinos circulan por mes a través de camiones. Ese movimiento produce un gran stress y disminuye las defensas, favoreciendo el desarrollo del virus si estuviera presente, dijo. Esta situación no sólo se corrige con vacunación, aseguró.
Para Noste, además del virus que supuestamente proviene del Paraguay, existe una actividad viral autóctona. "Esta es la sensación que elaboro, los datos debería proveerlos el Senasa, aislando algún virus para determinar tipos y subtipos, ya que hasta ahora sólo se viene hablando de virus A24 y A2000", comentó.

Los focos tan temidos
Las varias centenas de focos de aftosa, se habla de arriba de 400, que aparecieron en julio del año pasado, tuvieron ubicación variada. Córdoba fue uno de los territorios que tuvo graves problemas sanitarios. Específicamente la zona de Oliva, San Francisco. Casi toda la hacienda que hizo foco en el departamento General López vino de esa provincia.
Con respecto a las herramientas de control de los focos, Noste citó el cierre y la interdicción, vacunación en anillos o un rifle sanitario. Desde la silenciada aparición de la enfermedad, en julio del 2000, se utilizó un método sui géneris. En el norte -dijo- se utilizó algo de rifle sanitario, algo más de tres mil cabezas, y se hicieron anillos de vacunación; pero esos círculos fueron saltando, con el movimiento de la hacienda.
En la actualidad, y a pesar de la flamante resolución que dispone vacunar a todo movimiento de hacienda, no hay vacunas disponibles. "Ahora habrá que poner en marcha toda la estructura administrativa y técnica de producción de inmunógenos y vacunación que tuvo la Argentina, además estaría en vista un sistema de regionalización con distinto status epidemiológico", explicó Noste.

El Senasa
Según Noste, en 1870 se describió el primer brote de la enfermedad que había ingresado una década atrás en el territorio nacional, mientras que en el mundo la aparición de la patología se remonta a Italia, en el año 1517. "Esto marca que la adaptación que tuvo el virus es de larga data y no es tan simple pensar que en pocos años, y solamente con la vacuna, iba a estar eliminado", explicó.
La suspensión de la vacunación con un Estado que está en franco retroceso en inversión sanitaria, generó el marco para la vuelta a escena de la enfermedad. "No sólo es el virus sino el dilema del movimiento de hacienda en la Argentina, si interpretamos la dinámica del flujo bovino tendremos más posibilidades de interpretar los factores de riesgo que ayudarían a prever la aparición e instalación de los focos", aseguró Noste.



Las jeringas en el rodeo no garantizan la erradicación.
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