Buenos Aires.- Héctor "Tito" Rima, el delincuente que se hizo famoso por haber ideado en 1993 el robo de 30 millones de pesos contra el Tesoro Regional del Banco Central en Rosario, pasó a ser ayer uno de los hombres más buscados por la Policía Federal Argentina. Se lo acusa de ser uno de los cabecillas de la banda que robaba cajas de seguridad en distintos bancos del país y que se habría alzado con más de 10 millones de pesos en el último año. Junto a Rima hay al menos otro hombre prófugo y los investigadores han extendido sus redes no sólo en la Argentina sino también en Centroamérica. La información la brindó ayer la misma Policía Federal en una conferencia de prensa en la que se dieron detalles sobre el accionar de la banda desarticulada.
El caso, que llevaba más de un año y medio de investigación, se conoció el último martes cuando personal de la División Delitos Complejos de la Policía Federal realizó 26 allanamientos en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires para desarticular a la banda.
Para la gente de la División Delitos Complejos hubo al menos once personas que están identificadas y que formaron parte de la banda. Sin embargo, tres de ellas fueron liberadas en las últimas horas y hay otras dos que permanecen prófugas.
Uno de ellos sería Tito Rima, de 50 años, quien es considerado el cerebro de la defraudación de 30 millones de pesos contra el Tesoro Regional que el Banco Central tiene en Rosario, ocurrida en 1993. De la ciudad, Rima huyó en una avioneta que después apareció abandonada en el Gran Buenos Aires. Después, Rima eludió la cárcel pagando su fianza de 400.000 pesos usando como garantías títulos de propiedades que resultaron ser falsos.
El otro supuesto integrante de la banda que permanece prófugo es Tulio Del Zoppo, sospechado de ser el líder de la organización junto con Jorge José Sleiman y Horacio Francisco Rossi, quienes ya se encuentran detenidos a disposición del juez de instrucción Roberto Grispo.
La policía está convencida de que Del Zoppo pudo haber buscado refugio en la República Dominicana porque la familia de su pareja vive en ese país. Y por eso en estas horas le iban a pedir al juez que libre un exhorto a ese país para buscarlo allí, dijo el comisario Carlos Sablich, jefe de la División Delitos Complejos, en la conferencia dada ayer.
Los voceros confiaron que también están tras la pista de un hombre de 40 años que habría integrado el grupo y trabajan en la identificación de otras dos personas que estarían vinculadas a la maniobra.
Según informó la policía, además de Sleiman y Rossi, éste último ex integrante del grupo ultranacionalista Tacuara que actuó en la década del 60, están detenidos Damián Ignacio Marranti y Rubén Héctor Escobar, quienes están sospechado de haber hecho tareas de inteligencia sobre los bancos donde se saqueaban las cajas.
Además están a disposición del juez, Gustavo Eduardo Monti, cuyas huellas dactilares figuraban en la mayoría de los documentos apócrifos que se usaban para alquilar las cajas de seguridad, y Elba Norma Espósito, conocida como la "mai Coca", a quien se le encontró en su casa una copia de unas de las llaves de las cajas vaciadas.
Si bien continúan siendo investigados, fueron liberados Isabel Viviana Martínez, novia de uno de los detenidos; Roberto Daniel Prado, conocido como el "pai Daniel"; y Guillermo Horacio Lascurrain, un ex integrante del Ejército.
Según explicó la policía, en la vivienda de Lascurrain, en la localidad de Lobos, se encontró una gran cantidad de armamento, incluidas cuatro granadas y proyectiles antiaéreos, pero esa situación no está siendo analizada en el marco de esta investigación.
Los policías creen que entre los prófugos no identificados hay un cerrajero. "No uno cualquiera, sino alguien que haya trabajado en la única fábrica del tipo de cerraduras que se colocan en las cajas de seguridad de bancos", advirtió Sablich. Esa empresa, originalmente argentina, habría sido comprada por una similar chilena y ahora está instalada en ese país.
Tecnología de bajo costo
Ese cerrajero sería quien proveyó las seis llaves maestras con cuyas combinaciones es posible construir la llave que abra un cofre de seguridad. Una vez con las llaves en sus manos, el ladrón sólo tiene que saber a qué profundidad se colocaron las distintas ranuras de la cerradura, para lo cual esta banda utilizaba el aparatito de fabricación casera exhibido ayer y del que había tres juegos, dos hallados en poder de la "Mai Coca".
Según Sablich, Rossi y Sleiman abrían las cuentas en los bancos con documentos falsificados y alquilaban después las cajas de seguridad. Así ingresaban a la zona de cofres, medían las cerraduras con el aparatito y volvían a saquear una vez construida la llave.
Los delincuentes elegían bancos con compartimentos para cofres pequeños, de manera que pudiera ingresar solo un cliente a la vez, lo cual permitía el saqueo en la intimidad.
Así fueron robados bancos en Capital Federal, Córdoba, Rosario, Mendoza y en la República Oriental del Uruguay que les reportaron a los asaltantes un botín de entre 10 y 12 millones de dólares.
Finalmente, los investigadores confiaron que lo que los llevó a los delincuentes fueron fotocopias de los documentos apócrifos que presentaban para abrir las cuentas bancarias. Esos documentos tenían nombre falsos pero las fotos de los ladrones. Además, una filmación de seguridad de uno de los bancos mostró a uno de los cabecillas llevándose un pesado bolso que presuntamente contenía mexicanos de oro, lo que se constató días después con la denuncia del cliente perjudicado.