Año CXXXIV
 Nº 49.100
Rosario,
viernes  27 de
abril de 2001
Min 6º
Máx 23º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






El crecimiento del voto en blanco en Perú jaquea por igual a Toledo y Alan García
Según sondeos un 20% de los peruanos ya tienen decidido que no votarán por ninguno de los candidatos en el ballotage

Gonzalo Ruíz Tovar

Lima. - La aparición del voto en blanco como un virtual "tercer candidato" generaba nuevas incertidumbres en el electorado peruano, "condenado" a elegir presidente entre Alejandro Toledo y Alan García, dos políticos vistos con muchas suspicacias. Aunque la posibilidad del voto en blanco estuvo sobre el tapete desde que se conoció que Toledo y García eran los dos finalistas, el inicio de una campaña formal en su favor, comandada por los periodistas Alvaro Vargas Llosa y Jaime Bayly, comenzó a darle a esa alternativa un perfil ideológico de clara tendencia a la derecha.
Una encuesta de la Universidad de Lima, realizada el pasado fin de semana antes de que se conocieran nuevas denuncias contra Toledo y se iniciara la campaña por el voto en blanco, señaló que un 20% de los peruanos ya habría decidido no votar por ninguno de los dos candidatos.
Hasta ese momento, la opción del voto en blanco era promovida por Internet, sin líderes visibles. Los propagandistas recordaban que de acuerdo a las leyes peruanas si un 66% de los votos son nulos o en blanco el resultado será inválido y esto desenvocaría en un nuevo proceso.
Aunque las voces en esa vía provenían evidentemente de sectores de derecha, la idea parecía calar en muchos no conservadores que tienen demasiadas dudas respecto a Toledo y García, en el primer caso por su supuesta falta de calidad humana y sus contradicciones políticas y, en el segundo, por el recuerdo de su caótico gobierno y las profundas interrogantes sobre su moral. Al sistematizarse esa campaña, creen analistas, algunos de quienes habían decidido votar en blanco podrían teóricamente cambiar de opinión para no ser encasillados como derechistas en tiempos en que serlo es un estigma en el Perú.
Vargas Llosa -del ala derecha del toledismo- dice no pretender que el proceso se anule, algo virtualmente imposible, sino que se le haga entender al ganador, sea quien sea, que no tiene un mandato amplio y que estará vigilado de cerca.
La derecha está, sin embargo, dividida en cuanto a la propuesta. Lourdes Flores, candidata que representó a ese sector en la primera vuelta y quedó tercera a muy escasa distancia de García, marcó distancia y ha dicho que votará por uno de los dos candidatos, aunque "con la nariz tapada y los ojos casi cerrados".
La ultraderecha fujimorista, entretanto, "estudia" la posibilidad, aunque algunos de sus miembros, como el ex candidato presidencial Carlos Boloña, ya anunciaron su voto en blanco. Otros connotados fujimoristas han deslizado que sufragarán por García, lo que ha sido interpretado desde la otra orilla como un virtual pacto para el ocultamiento mutuo de la corrupción pasada.
A pesar de ser reconocido como un artífice central de la caída del régimen fujimorista, de tener un origen que despierta simpatías, de ser un economista de sólida formación académica y de tener buena sintonía con algunos sectores, Toledo no convence a la mayoría.
A las críticas que se le hacen por sus supuestas inconsistencias políticas, su tendencia a la demagogia, su aparente falta de cultura, su presunta proclividad a las mentiras y alguna tendencia a la intolerancia, el líder de Perú Posible es sospechoso de consumo de drogas y la visión sobre su calidad ha sido duramente castigada por su negativa a reconocer una hija extramatrimonial.
García, entretanto, convenció a más un cuarto de los electores de que es un hombre nuevo, pero en los demás predomina el recuerdo de un gobierno bañado de hedonismo y caracterizado por el absoluto caos económico, el desborde de la violencia y la desatada corrupción.
Los juicios por corrupción contra el ex mandatario prescribieron cuestionados sin que se estableciera si era inocente. Además, promete un manejo económico distinto, pero sus allegados son algunos de los que generaron la inflación acumulada de 2,1 millones por ciento e hicieron que la cantidad de dinero que en 1985 permitía comprar una camioneta alcanzara cinco años después para una cajita de cigarrillos.
En las charlas callejeras, es común oir a los peruanos lamentar que la lucha contra el gobierno autoritario y corrupto de Fujimori conduzca a una nueva encrucijada.


Diario La Capital todos los derechos reservados