De los 126 geriátricos que funcionan en Rosario, 23 fueron clausurados pero trabajan normalmente. Es que tras la sanción, los propietarios pueden mantenerlos abiertos hasta que salven las irregularidades. Pero lo que no pueden hacer es recibir a nuevos internos. Sin embargo, La Capital pudo constatar que sólo uno de ellos admitió que no podía albergar a nuevos ancianos. El panorama es aún más delicado si se tiene en cuenta que a la vez otra veintena de residenciales tiene en trámite la correspondiente habilitación municipal. Esta situación salió a la luz a partir de una denuncia sobre el residencial Santa María, ubicado en 9 de Julio 1438, que la semana pasada fue inspeccionado por Moralidad Pública de la policía por orden la jueza de faltas provincial Liliana Puccio, quien pidió la clausura preventiva del establecimiento mientras avanza la investigación. Este geriátrico ya tenía una orden similar de la Municipalidad, pero permanece abierto.
Según los registros de la Dirección de Registración e Inspección municipal 23 entidades están clausuradas debido al incumplimiento de algunas de las normas vigentes. Por ejemplo la falta de medidas de seguridad, ventilación adecuada, condiciones sanitarias y de limpieza óptimas y suficiente personal profesional, entre muchas otras. Sin embargo, estos establecimientos no habilitados continúan abiertos.
"Es muy difícil desalojar a los ancianos que están internados", señaló el jefe del departamento de Clínicas y Guarderías, Ricardo Jacobo. En cambio, estos geriátricos tienen expresamente prohibido recibir nuevos abuelos, lo que no siempre se cumple.
Un relevamiento telefónico realizado por La Capital demostró que la mayoría de los responsables de los geriátricos inhabilitados hacen caso omiso a la medida. La respuesta invariable fue: "Sí", cuando se los consultó sobre la posibilidad de recibir nuevos internos. Más aún, desde cada establecimiento se explicó las bondades ofrecidas y se mostraron dispuestos a mantener una cita en busca de un nuevo cliente.
Sólo la responsable del Hogar Don Bosco, Balcarce 232, admitió no sin quejarse que a causa de la sanción no podía albergar más abuelos, aunque el sitio contaba con lugares disponibles.
La realidad de los geriátricos encierra en sí misma una problemática social profunda. El propio Jacobo indicó que en más de una oportunidad desde la repartición se comunicaba de la anomalía a los familiares y se les pedía que retiraran a los viejos. Requerimiento que generalmente no encuentra eco.
Este trámite se realizó específicamente con el residencial Santa María, sobre el que está investigando la Justicia y que nunca logró la habilitación municipal.
"Que les exijan a todos igual"
El responsable del Santa María, Marcelo Coria, admitió que el establecimiento funciona por medio de un recurso contencioso administrativo presentado ante la Corte Suprema de Justicia de la provincia. "Vos querés ir por derecha, pero no podés hay muchas trabas", repitió una y otra vez Coria. Sin embargo, no puntualizó cuáles fueron los requisitos que no pudo cumplir. "Que les exijan a todos por igual, porque hay montones de lugares que no cumplen o lo hacen en la medida que pueden", se quejó.
Por su parte, la jueza Puccio admitió que recibió la denuncia hace aproximadamente un mes por la "presunta falta de habilitación y malas condiciones sanitarias".
En ese sentido dijo que se notificó a los responsables y que la investigación sigue su curso, por lo tanto todavía no está previsto el desalojo del lugar. Por orden de la Justicia actuó Moralidad Pública de la policía provincial que clausuró algunas dependencias en desuso.
El subdirector de Moralidad, Walter Miranda, señaló que las infracciones detectadas corresponden al Código de Faltas, como por ejemplo "la inexistencia de un registro de los pacientes". Confió que "se les notificó a los dueños y toda la actuación volvió al juzgado".
De acuerdo a la nómina municipal este residencial cuenta con 40 camas y su titular señaló que alberga en la actualidad a treinta ancianos. Coria hizo hincapié en las "amplias instalaciones, el bienestar de los internos y la excelencia del personal".
Según el responsable, el geriátrico fue abierto en 1999 y por la imposibilidad de lograr la habilitación municipal recurrió a principios del 2000 a la Justicia. "Yo hice todo, pero siempre faltaba algo, entonces me tuve que manejar a otro nivel, con la Justicia", afirmó.