Año CXXXIV
 Nº 49.100
Rosario,
viernes  27 de
abril de 2001
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Vecinos de Casilda impidieron el remate de una vivienda
Dirigentes de asociaciones civiles convencieron a los potenciales compradores de que no hicieran ofertas

Gustavo Orellano

Casilda. - Un grupo de vecinos impidió un remate de una vivienda que intentó concretarse en el hall de ingreso a los tribunales locales por orden de una jueza de San Lorenzo. La suspensión de la subasta fue dispuesta por el secretario del juzgado civil, comercial y laboral de la 2º nominación de Casilda, Fabián Carmona, "para salvaguardar la integridad física de los presentes y ante la imposibilidad de seguir con el acto", según argumentó en el acta respectiva.
De antemano representantes de organizaciones civiles como Asuserfi, Mujeres en Lucha y Comisión en Defensa de la Vivienda única advirtieron al martillero sobre la intención de frenar el remate y convencieron a los potenciales compradores para que no hagan ningún tipo de oferta.
Esa estrategia sirvió como antecedente para que el funcionario judicial resuelva parar la subasta en el momento que comenzaban a leerse los edictos publicados y los manifestantes cantaban a viva voz el Himno Nacional.
La base del remate fue fijada en 35 mil pesos, la misma cifra de dinero que un financista de San Lorenzo reclama a la familia Penelli a raíz de un crédito que le otorgó para invertir en una empresa de fundición y no pudo cobrar. El beneficiario solamente pagó algunas cuotas del préstamo y al cabo de un tiempo el acreedor decidió iniciar acciones legales que derivaron en una orden de ejecución hipotecaria.
La suspensión de la subasta además abrió una instancia de diálogo para posibilitar una refinanciación del pasivo al fin de normalizar definitivamente la situación. "Queremos llegar a un acuerdo con el acreedor lo más rápido posible para arreglar este problema. La idea convenir un nuevo plan de pago con intereses razonables y no tan altos como los que vinimos pagando", comentó Gustavo Penelli, el hijo del propietario del inmueble que estuvo a punto de ser subastado.

Una situación difícil
La familia Penelli agradeció el apoyó que recibió de las instituciones y de la comunidad en este "difícil momento" que le toca vivir aclaró que tomó el crédito "para hacer frente a deudas contraídas con la fábrica que nos llevaron a esta lamentable situación".
Años atrás, Penelli compró una fábrica de fundición que debió cerrar a los pocos meses de ponerla en funcionamiento porque los vecinos denunciaron que afectaba el medio ambiente. Finalmente y luego de una serie de reformas la empresa reabrió bajo ciertas condiciones de trabajo consensuadas con el vecindario, pero las pérdidas económicas provocadas por el tiempo que la fundación permaneció inactiva "fueron insalvables".
"Es increíble que una familia que tuvo que hacer tanto sacrificio para comprar una empresa y generar trabajo casi tenga que terminar en la calle porque en vez de recibir el apoyo que necesitaban para crecer con su emprendimiento le hicieron la vida imposible", dijo indignado uno de los tantos vecinos que concurrió al juzgado para frustrar el remate.
La empresa Fundiciones Casilda todavía está en pie pero sus actividades productivas son escasas "a raíz de la falta de ventas", dijo Gustavo Penelli, quien a pesar del dolor que siente por la suerte que le jugó el destino dice seguir apostando al sacrificio y al trabajo.


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