Año CXXXIV
 Nº 49.100
Rosario,
viernes  27 de
abril de 2001
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Los Chalchaleros se despiden de Rosario con tres conciertos consecutivos en El Círculo
El largo adiós de cuatro cantores
Los salteños clausuran una carrera con más de 50 años de protagonismo en el folclore argentino

Marcelo Menichetti

Los Chalchaleros llegan por última vez a Rosario para decirle
adiós a su público desde el escenario. Con tres espectáculos que se realizarán
esta noche, mañana y el domingo a las 21.30 en el teatro El Círculo,
Laprida y Mendoza, los legendarios músicos recrearán los éxitos que impusieron
desde principios de la década del 60 y que los convirtió en referentes
insoslayables del canto nacional.
Juan Carlos Saravia, Polo Román, Pancho Figueroa y Facundo Saravia, hoy serán distinguidos como visitantes ilustres de
la ciudad por el Concejo Municipal. Los artistas acusaron el golpe de la emoción que los acosa en cada ciudad que visitan por
última vez y ese estado de ánimo se reflejó en la charla que mantuvieron con Escenario, en la que admitieron que no les
resulta fácil la despedida. "Lo duro es saber que, a cada ciudad que vamos en esta gira, ya no vamos a volver nunca más, por lo menos a cantar" admitió Juan Carlos Saravia, el único integrante original del conjunto que vio pasar a diez
cantores por sus filas a través de sus más de cincuenta años de trajinar sobre escenarios de la Argentina y del mundo.
Reunidos en un living porteño los actuales integrantes de Los
Chalchaleros se brindaron en una charla y reafirmaron que están
convencidos que quieren salir de la escena ahora. "No queremos que algún día
nos echen", dice Juan Carlos Saravia poniendo una cuota de humor que, sin
embargo, no está lejos de una convicción que comparte el grupo.
_¿Por qué se separa el conjunto?.
Juan C. Saravia: -No nos separamos; dejamos de cantar, que es muy distinto.
Porque la separación implica un malentendido, una mala voluntad con la gente. Entonces
poné expresamente que Los Chalchaleros no se separan, sino que disolvemos el
grupo porque queremos ganarle al tiempo. Le queremos ganar antes que la gente
tenga lástima de cuatro personas cantando; queremos que tenga un lindísimo
recuerdo.
-¿Y qué van a hacer cuando le diga adiós al grupo?.
Juan C. Saravia: -Voy a pasear porque en 53 años jamás he paseado, íbamos a
cantar, pero no he paseado. Me dedicaré a estar mucho más tiempo en Salta,
visitar amigos por todo el país. Ahora, mientras pueda alzar una valija....,
porque después ya tendré que tener alguien que me ayude... (Risas).
-¿Lograron más de lo soñado o les quedaron cosas por hacer?
Juan C. Saravia: -No, tuvimos muchísimo más de lo
pensado. Es una maravilla, esto empezó como un juego: el conjunto no se formó
ni con la idea de ganar dinero, ni que esto podría ser una cosa lucrativa.
Empezamos a cantar para pasar el tiempo hace 53 años ya. En esa época no había
televisión, no había nada, los días no pasaban jamás, y bueno, nos pusimos a
cantar para divertirnos.
Facundo Saravia: -Creo que siempre quedan cosas en el tintero que pudieron haberse hecho, otras que nunca se nos ocurrieron y quizás hubiesen sido buenas también. Pero
creo que el mayor premio de tienen Los Chalchaleros es, en el caso de Buenos Aires, por ejemplo, haber metido casi 60 mil personas en 24 presentaciones en
el Coliseo y en la Rural, y de haber sabido eso lo hubiésemos hecho en un
estadio de fútbol, pero no lo sabíamos en su momento, no sabíamos la
repercusión que iba a tener esto, lamentablemente. Aunque por otro lado está
la alegría de que 53 años después, medio siglo después, la gente haya estado
ahí y nos acompañe, pero nosotros no sabíamos como iba a reaccionar. Por otro
lado también da un poco de bronca que algunos medios de Buenos Aires sugieran
la teoría de que esto es largo, que nos seguimos despidiendo eternamente. Pero
la verdad es ésta: muchos de ellos piensan que la Argentina es Buenos Aires nada más y que
la gente del interior y nosotros no tenemos derecho a despedirnos cara a cara
en cada una de las ciudades más grandes del país.
-¿Se sienten una parte importante de la historia del folclore argentino?.
Juan C. Saravia: -No, no, con toda suerte no. Yo no
me siento importante, ni dentro ni fuera de la historia. Lo que habré ganado es el
afecto de la gente, que es una de las cosas más divertidas.
-¿Hubieran querido despedirse de todos los argentinos en Cosquín este año, en Jesús
María, o en algún festival de los grandes?
Juan C. Saravia: -No, casualmente queremos hacer una despedida mucho más general que haciéndola en determinado momento. En la
Capital Federal la hicimos con 24 recitales en el teatro Coliseo, donde
entraron 44.000 personas y después una más en La Rural con 15.000
personas y en la Capital Federal nunca más cantaremos. Queremos hacer lo mismo
en Rosario, para que la gente tenga un recuerdo de una cosa bien puesta, con
las mismas características que en el Coliseo, llevamos el mismo equipo de
sonido, el mismo equipo de luces, viajan 20 personas con nosotros que nos
ayudan con todo eso, desde las tarimas donde nos paramos a cantar, los
micrófonos, la parrilla de luces, todo. Lo llevamos y lo vamos a poner en el
teatro El Círculo. Consideramos que el país no termina en la General Paz.
-¿Cuántos discos grabaron en todo este tiempo?.
Juan C. Saravia: -No tengo la menor idea, nunca pensamos en eso. De los primeros diez años no guardé absolutamente
nada.
-¿"Todos somos chalchaleros" será elúltimo disco o alguna vez se juntarán para grabar?
Juan C. Saravia: -Estamos grabando algunas cosas y cuando aparece algo bueno también lo grabamos, o sea que seguirán apareciendo discos, no sé si discos
enteros, pero sí canciones sueltas.
-¿Cuál es la herencia que dejan?
Juan C. Saravia: -Los discos nuestros y para la gente que nos quiera recordar, algún
video. Lamentablemente ya ni plata para los longplay queda.
-¿Asumieron que no van a cantar más juntos después de esta gira de
despedida?
Polo Román: -Está asumido totalmente, fue decidido hace mucho
tiempo. Hace ya tres años que estamos charlando esto, después que cumplimos los cincuenta
años empezamos a pensar que era real y empezamos nomás con la despedida, ya
desde octubre. Así que estamos meta y ponga por el país.
-¿Los ha hecho rejuvenecer un poco esta gira intensa?
Polo Román: -Sí, exactamente. Además te digo una cosa, tanta gente joven va a vernos que también ayuda la energía y la fuerza
que nos transmiten.
-¿No hay posibilidad de arrepentimientos?
-Polo Román: No, no, quedaríamos como los políticos, que dicen no apuesten a esto y después resulta que eso es lo que vale.
-¿Tienen el futuro asegurado?
Polo Román: -No, para nada, sería hermosísimo estar así tranquilo. La
música nunca dio para estar holgado, para salvarse. Yo trabajé toda la vida y vivimos bien,
tenemos nuestras casas, nuestros medios, los chicos están estudiando y todo lo
demás, pero nos dio para eso, para vivir bien, nada más.
-O sea que el privilegio fue haber hecho lo que les gustaba hacer.
Polo Román: -Exactamente, ese es el privilegio. Es una vida hermosa la del
cantor, y más que la gente te escuche, que la gente sienta lo que vos hacés, o perciba lo
que vos le das; eso es maravilloso.
-¿Cuáles fueron los momentos mejores que tuvo el grupo?
Polo Román: -Yo entré cuando ya tenía 18 años y el grupo tuvo muchos viajes hermosísimos. Desde mi ingreso tuve la suerte de cantar en el Colón, dos veces; tuvimos la suerte de ir a España y cantar en el teatro La
Zarzuela de Madrid y agotar las entradas y viajar por ese país quince años
seguidos de gira. Tambien hicimos giras por Alemania, por Italia, Suecia,
Australia. Hay muchas cosas, no hay una cosa puntual para decir: esto fue lo
mejor. A mí lo mejor que me ocurrió fue cantar con Los Chalchaleros, estar con
Los Chalcha, lo más hermoso que me puede haber pasado.
Pancho Figueroa: -Yo creo que ésta es una muy buena etapa,
aunque la gente dice que el folclore está olvidado. Yo creo que Los
Chalchaleros hemos mantenido siempre un nivel de gente que nos ha venido a
decir que nos quiere, que no sigue; toda la juventud que siempre nos ha
seguido, desde que yo entré al conjunto. El conjunto tiene vida, su historia.
Pero ésta es una buena época, porque hemos llenado 24 Coliseos, ya sea porque
nos despedimos o no, para los 50 años también se ha llenado el teatro Opera.
-¿Está garantizada la música de grandes autores o el folclore va camino a una degradación del
género?
Polo Román: -Yo no creo que se vaya a una degradación porque hay
mucha gente joven que está cantando, que está surgiendo y que está defendiendo la música
nativa. Eso era lo que más, no digo temíamos, pero era lo que más nos hacía
pensar que no iba a quedar nadie con tantos años. También es bueno esto que
está ocurriendo con la gente joven, hay gente de Salta, de las otras
provincias que cantan con música y lo hacen muy bien, y además la juventud los
aceptó y los recibe con mucho placer en los recitales y en todas partes, y eso
es muy gratificante para los músicos.
-¿Cuánto hay de nostalgia en la música folclórica?
Polo Román: -Me parece que todo es nostálgico, la música siempre es evocativa y nos
lleva a la mujer, a la madre, al árbol, al camino, a las estrellas, a la
guitarra. Nosotros hemos cantado muchas canciones de autores muy conocidos y
autores desconocidos, pero considerábamos que era un mensaje y la cantábamos.
Todo lo que es telúrico tiene un mensaje, eso es sano y puro. Los Chalcha
tuvimos la suerte de cantar siempre así y es por eso que la familia es nuestro
público, la familia íntegra. Eso es importante en la vida de un artista,
porque por ahí vos cantás para un sector de gente nada más y los demás después
te dicen: "qué lástima". Acá hay una cosa cierta, Los Chalchas estamos abocados
a las cosas con decencia, con honestidad, como lo hicimos siempre. Y este es el
final, el final de la siembra y de la cosecha hermosa del cariño del público,
de la concurrencia, los afectos, el llanto de la gente porque se van "Los
Chalchas". Es que no se van, van a quedar los discos, van a quedar muchas
cosas para siempre, pero en vivo no vamos a estar más cantando, como dice el
gordo Saravia, no se separa el grupo, no nos separamos, termina su vida de
canto, yo voy a seguir siendo un chalcharero toda la vida.
-¿Se va contento o silbando bajito?
Polo Román: -No, me voy muy contento. Te digo una cosa, tengo una tristeza
interior porque cantar es muy lindo, subir a un escenario es maravilloso. Vivir de lo
que a uno le gusta es lo que anhela todo humano. Yo me voy contentísimo porque
pasé años hermosísimos y porque esto que está ocurriendo
es maravilloso. Cantar es una emoción, cantar te
encandila, entonces te duele irte, hay lugares donde podés ir a pasear y hay
lugares donde no vas a ir más quizás, porque íbamos nomás a cantar. Pero no es
fácil, entonces te vas un poco apenado, en todas partes hay muchos amigos,
gente que nos quiere, que nos ofrece algo, una cena, una comida, un asado y es
gente que no vas a ver más. Eso es doloroso.
-Estábamos hablando de la carrera tan rica, de los momentos lindos, pero debe haber habido momentos que no fueron tan buenos ¿no?
Pancho Figueroa: -Claro que sí, en la vida de un conjunto aparecen cosas buenas y cosas malas,
accidentes, enfermedades, malos momentos, inclusive momentos de no tanta
gloria para Los Chalchaleros, momentos en los que el conjunto ha tenido que
luchar para resurgir nuevamente.
Facundo Saravia: -Mirá, nunca hubo momentos muy duros, yo lo
que rescato de Los Chalchaleros es que, por lo menos en lo que me tocó a mí
hasta que fui integrante, me llamaba poderosamente la atención de Zambrano,
Vicky Dávalos, Aldo Saravia, que murió por un accidente
y todos ellos, la amistad que demostraban cuando mi padre iba a Salta a
visitarlos. Había quedado una muy buena amistad, o sea nadie se fue del
conjunto enojado o peleado con ninguno. En ese sentido fue un grupo de amistad
en serio. Desde que me tocó entrar a mí hemos tenido diferentes puntos de
vista en muchos aspectos, pero no salíamos públicamente a decir cosas de
nosotros, porque justamente el conjunto tiene un poco esa magia, de
saber dónde terminan mis derechos, de saber que tengo que respetar a los
demás y que los demás hacen lo mismo conmigo. Te diría que la única cosa en
que hemos coincidido los cuatro fue en un almuerzo que hicimos en diciembre del 99,
cuando nos pusimos de acuerdo y dijimos "que tal si nos despedimos y
nos vamos bien", porque habíamos hecho los cincuenta años en el 98 y nos llamó
poderosamente la atención por toda la gente que iba a vernos, entonces ahí
hicimos un parate y dijimos: "Bueno, ¿que hacemos?, creo que lo mejor es irse
bien, estamos con vigencia, la gente sigue yéndonos a ver, y bueno, vamos a
despedirnos". Y ahí surgió que los cuatro pensábamos lo mismo, de hacer de
esto el mejor de los recuerdos y no cansar. Volvemos a El Círculo para
despedirnos.
-Hoy dicen adiós pero ¿en algún momento sintieron que los podían despedir a ustedes?
Pancho Figueroa: -No, nunca creímos eso porque siempre estuvimos absolutamente convencidos de nuestro canto y de nuestro folclore y de lo que estábamos
haciendo. Pero el país de repente se vuelca hacia otros conjuntos o hacia otra música, o se vuelca hacia otras cosas y olvida a veces sus cantores, olvida su gente y hemos tenido que luchar para
volver a estar en el candelero o por lo menos que la gente nos siga escuchando.
-El conjunto tuvo diez integrantes a lo largo de su existencia.
Pancho Figueroa: -Sí, diez integrantes. Yo creo que los que más se conocieron fueron el gordo (Juan Carlos) Saravia, (Ernesto) Cabeza, "Cocho"
(Zambrano), Dicky (Dávalos), Polo (Román) y yo. Porque fuimos los que más estuvimos juntos.
-¿Sienten que el conjunto suporó la historia individual de cada uno y que Los Chalchaleros está por encima de todos ustedes?
Pancho Figueroa: -No, no creo. Es parte de la vida nuestra, de nuestra familia inclusive. Los Chalchaleros han formado parte indisoluble de una sociedad, de una familia, somos todos unidos, aunque a veces nos peleamos también un ratito, más que pelearnos es intercambio de ideas y eso es bueno, porque las críticas de unos a otros son constructivas.
Facundo Saravia: -Es que Los Chalchaleros son en la medida en que esté mi viejo (Juan Carlos Saravia), que es el único que queda de los más viejos, esa es la gran verdad. Si yo el día de mañana formo otros Chalchaleros sería una falta de respeto hacia los otros integrantes. El alma de Los Chalchaleros es la cara de mi viejo y se sintetiza así, ¿no? Los Chalchaleros han sido siempre la guitarra de Ernesto Cabeza y el alma de mi viejo, para mí esa es la síntesis y el hecho de poder tenerlo a mi padre como único formador del conjunto cantando, hace que quiera que se vaya bien, entero, que quede de esto el mejor de los recuerdos y no dar lástima el día de mañana. Aquellos que nos conocen bien saben que sin mi padre esto no es lo mismo.
-El éxito puede prolongar este largo retiro anunciado?
Pancho Figueroa: -No, no. Hay que ser hombre de una sola palabra, porque no se le puede mentir a la gente, nosotros no somos políticos; los políticos sí le pueden mentir a la gente.
-¿La gente les cree a ustedes cuando dicen que ésta es la última vez que van a tocar para ellos?
Facundo Saravia: -Mirá, esto es lo que hemos decidido, así que no
vamos a jugar, nunca jugamos con el público, por eso hemos perdurado por tanto
tiempo. Yo digo que me pone muy feliz que la gente se acerque y nos diga que
no nos vayamos y que sigamos, y que cómo hacemos esto, pero esa misma gente
quizás el día de mañana si ven al conjunto caerse
o si nos ven con desagrado, en cuanto a que el tiempo pudo hacer algún
deterioro, puede sentir una gran pena. Entonces no nos
tenemos que dejar llevar por lo que la gente quiere o dice, tenemos que ser en
este sentido, un poco más egoístas y pensar más en la imagen que uno da, que
en lo que la gente quiere. El gran mérito de Los Chalchaleros es ése. Hubo
conjuntos tanto o más importantes que éste, y han quedado en el camino por
diferentes motivos, por peleas, conjuntos A y B que se han formado. Nosotros
no queremos que eso nos pase. Mucha de esa gente de estos grupos se ha
terminado volcando a Los Chalcaleros que es el grupo que ha ido quedando. Creo
que han habido conjuntos iguales o mejores que éste, como Los Hermanos Avalos
o Los Fronterizos en su mejor momento, que han desplazado el grupo y no le han dado
a su gente la posibilidad de que sigan cantando con aquellos originales
fundadores.
-¿Cómo es el espectáculo que ustedes presentan para decir adiós?
Juan Carlos Saravia: -Estamos produciéndolo nosotros mismos, somos un grupo de veinte personas. Llevamos un camión con un semirremolque y un ómnibus donde viaja toda la gente y a veces viajamos nosotros también. Llevamos el sonido, el mismo que hicimos en Buenos Aires, la escenografía, la iluminación, la pantalla. Hay canciones que las cantamos con proyecciones que van acompañando; otras que tienen que ver con la historia de Los Chalchaleros y hay una presentación en video. Eso mismo lo hemos hecho en Buenos Aires y lo vamos a llevar a Rosario y a todo el país. Es un esfuerzo muy grande porque el conjunto nunca en su vida tuvo tanta producción, de llevar tanta gente. Nos estamos moviendo como se mueve cualquier rockero, estamos hechos una banda. De repente nos ponemos todos en fila y somos una tropa. Cada uno tiene su función. Hay algunas canciones que no están en el repertorio este porque estuvieron en los cincuenta años, como "Merceditas", "La López Pereyra" y otros temas clásicos, no queremos repetir lo mmismo. Estamos haciendo canciones de "Todos somos
Chalchaleros", que fue el último compacto que hicimos y canciones de todas las
etapas de Los Chalchaleros.
-¿Qué ve cuando mira hacia atrás un chalchalero?
Facundo Saravia: -Yo creo que más que nada el espíritu con el que esto se
hizo, una idea que nunca pensó en salir de Salta y terminó yendo a
distintas partes del mundo; la solidaridad, el compañerismo y la amistad de
todos Los Chalchaleros que pasaron por el grupo y quizás una filosofía
distinta a la de todos los demás grupos, en cuanto a que con uno que haya
quedado atrás quedó algo, una amistad, un respeto y un agradecimiento por las
etapas vividas a nivel profesional como chalchalero. La alegría de haber
podido mantener, gracias a ellos, este carro que sigue andando más de medio
siglo después de su creación.














Los Chalchaleros le dicen adiós a los espectadores rosarinos.
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