Año CXXXIV
 Nº 49.098
Rosario,
miércoles  25 de
abril de 2001
Min 6º
Máx 20º
 
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cartas
Noches ruidosas

Luego de varias cartas sobre los ruidos molestos que
ocasiona el bar sito en Tucumán 1815, y de la contestación
de su propietario, creo que este hombre no se enteró de
que lo que nos molesta es el ruido y no lo ha reparado. Continúa la música a todo lo que da hasta altas horas de la madrugada, acompañada
por gritos, aplausos y cánticos a grito pelado de sus clientes,
que se sigue escuchando en los dormitorios de mis hijos
como si estuvieran en el bar. En conclusión, la congoja del propietario manifestada en la carta era fingida y sus promesas incumplidas. A esto se
agrega lo que leí en La Capital, donde bajo el título
"Música en libertad", Rafael Iglesia nos pide a los rosarinos que tengamos la
paciencia de aguantarnos los ruidos molestos, hasta
que se eduquen los energúmenos y energúmenas que pululan la noche de
nuestra ciudad. Mientras tanto, que no los tratemos como bueyes picaneados por un aparatito que corta la música cuando ésta excede cierto volumen; entonces el panorama está completo. Con ese criterio los bolicheros se sustentan sin importarles los oídos, los nervios y el insomnio del resto de los ciudadanos y de sus familias. Eso sí, a sus propias familias las mantienen, como el tero, muy lejos del ruido que ellos
mismos hacen.
Alberto Rolle


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