Año CXXXIV
 Nº 49.098
Rosario,
miércoles  25 de
abril de 2001
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Condenado por apuñalar a un joven en la salida de un baile
El crimen ocurrió el 5 de marzo de 2000 frente al club Saladillo, en la zona sur

En marzo del año pasado, en una gresca que se produjo tras la actuación de un músico bailantero en un club de la zona sur de la ciudad, Gustavo Ezequiel Villafañe mató de una puñalada en el pecho a Jorge Damián Quintana. Ahora, poco más de un año después, un juez de Sentencia condenó al homicida a cumplir la pena de 8 años de prisión teniendo en cuenta que no tenía antecedentes. En su fallo, el magistrado resaltó las "coincidencias entre los relatos" de amigos y familiares de la víctima con los de los policías que intervinieron en la reyerta y, a pesar de que en un primer momento la defensa del acusado apeló la medida, luego dio marcha atrás en su decisión y la sentencia quedó firme.
El hecho ocurrió el 5 de marzo de 2000 frente al Club Saladillo, en Arijón 165. Esa noche una importante cantidad de gente se había acercado al lugar para presenciar la actuación del bailantero Ezequiel. Entre los presentes se encontraba Jorge Damián Quintana, de 19 años, quien había concurrido junto a su concubina y su primo, Ezequiel Andino. También estaba en el lugar quien más tarde sería su victimario.
De acuerdo al relato que ante la Justicia, al iniciarse el show -a las 2.30- Aquino se subió a los hombros de Quintana y junto a ellos "estaba el hombre que provocó" la pelea, ahora condenado. "Empezó a molestarme, de un tirón me baja y me pega una piña. Mi primo le dijo que no haga problemas, que habíamos pagado la entrada para divertirnos" relató el muchacho.
Pero cansado de las provocaciones, Quintana admitió haberle pegado a Villafañe tras lo cual se marchó con su primo. "Entonces veo que el del cuchillo lo venía siguiendo a mi primo, se da vuelta y le quiere pegar. Mi primo le dice que no quiere problemas pero le empieza a pegar y él se defiende. El tipo saca una sevillana y le da una puntada", recordó Quintana.
Asimismo, al declarar ante el juez, el primo de la víctima reconoció que "otro chico le pegó un cintazo en la cara" a Villafañe. En su indagatoria, el muchacho ahora condenado dijo haber salido en defensa de un amigo suyo al que le estaban pegando. "Se la agarraron conmigo, me empezaron a pegar y en ese momento me dieron una sevillana. Yo, instintivamente, empecé a tirar para defenderme y me dí cuenta de que le dí una puntada a alguien que no conocía".
En tanto, los policía que intervinieron en la pelea y que cubrían adicionales en la puerta del club, coincidieron en señalas que la pelea se redujo sólo a dos jóvenes -Quintana y Villafañe- deslindando responsabilidades de los demás presentes en la gresca.

Coincidencia de relatos
En los considerandos del fallo condenatorio, que lleva la firma del juez José María Casas, se sostiene que hubo coincidencia entre los relatos de amigos y familiares de la víctima con los de los policías que intervinieron, a pesar de que "todos y cada uno de los declarantes atribuyeron inoperancia y malos tratos a los guardianes del orden, a quienes responsabilizaron de una inadecuada atención para con el moribundo".\El magistrado dijo en su texto que "en medio del gentío, ánimos caldeados y empujones, se arma una gresca" y deja sentado que Villafañe "llevaba consigo" la sevillana con la que mató a Quintana. Por lo tanto, considera que "pierde crédito que se defendiera de un ataque de terceros y ante riesgo de su vida", lo que refuerza con la idea de que "no surge huella alguna de la feroz paliza (que el dice haber recibido)".\Para Casas no surge claro el momento en el cual Villafañe recibió el cintazo en el rostro, aunque sostiene que "algunos refieren que fue con posterioridad (al crimen) como reacción de un tercero en venganza" y, además, descarta que lo haya hecho la víctima ya que la hebilla del cinto incautado no coincide con la herida que tenía el victimario.\Finalmente, el magistrado descartó la posibilidad de un homicidio originado en la legítima defensa al decir que Villafañe "no sale en defensa de Acosta, no fue objeto de una feroz paliza y no tiene casualmente en sus manos una sevillana". Por el contrario, afirma el juez, "concurre con ella armado al baile, interviene activamente en una pelea, empuña el arma y propina una feroz, violenta y eficaz estocada que provoca minutos después la muerte de la víctima".


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