| | Una día internacional para tomar conciencia Los ruidos molestos, primeros en el ranking de los reclamos En Control Ambiental, las denuncias llegan al 90 por ciento. En la Defensoría también van adelante
| Silvina Dezorzi
Noventa de las cien denuncias que hacen mensualmente los rosarinos en la Dirección Municipal de Control Ambiental son por ruidos molestos. Y, del 92 a la fecha, la misma queja ocupa el primer lugar entre las que registra el área ambiental de la Defensoría del Pueblo. En la categoría no sólo caen los excesos sonoros nocturnos en que incurren muchos boliches y bares de la ciudad, sino también los que generan durante el día supermercados, fábricas, talleres, locutorios, gimnasios, sedes partidarias y hasta templos. El enojo ya tiene expresión instituida: hoy se conmemora el Día Internacional de Conciencia sobre el Ruido. Paradoja o casualidad, también hoy comienza el envío de notificaciones municipales para obligar a bares y discotecas a contar en 30 días con un implacable controlador de sonido. "Rosario tiene una sobresaturación de ruido", afirma la defensora del pueblo santafesina, María Angélica Gastaldi. Su opinión no es infundada. "Desde el 92 las denuncias por ese motivo pasaron al primer lugar en el área ambiental, lo que representa el 34 por ciento del total", dice el director de la consultoría técnica de la Defensoría, Carlos Arcocha. Entre las fuentes responsables de las emisiones, Arcocha distingue fijas y móviles. "Entre las fijas, se llevan las palmas las discotecas, los bares concert, las cantinas, los pequeños talleres, los lavaderos automáticos y los telecentros con acondicionadores potentes ubicados en medianeras de edificios". Con menos quejas, después vienen las grandes empresas, sobre todo por el uso de compresores y puentes grúa. El director de Control Ambiental, Oscar Caviglia, hace su propia lista de culpables. "Gimnasios, acondicionadores de aire en grandes supermercados, galerías, shopping, restaurantes y telefónicas; estaciones de frío, también de supermercados e instaladas en centros de manzana, y aunque parezca mentira también los templos evangélicos, que ante las denuncias aducen que no se les respeta la libertad de culto" . Las quejas en el área ilustran qué nivel de perjuicio atribuyen los rosarinos a los ruidos. "El 90 por ciento de las cien denuncias que recibimos por mes son por esa razón", admite Caviglia. La sensación de molestia, sin embargo, no siempre responde a cuestiones objetivas. "Toda ciudad es en sí generadora de ruido, y Rosario no es una excepción, pero tampoco supera los parámetros habituales para sus dimensiones", asegura Graciela León, docente de Problemática Ambiental Urbana, de la Escuela de Ecología de Rosario. Para que el sonido alcance ese rango debe tratarse de una emisión medible, generada por una fuente externa durante un tiempo prolongado. Según las normas locales, el tope diurno es de 55 decibeles y de 45 entre las 22 y las 6. Claro que en la movida nocturna los excesos han llevado en los últimos tiempos a más de una confrontación. Según afirma la titular de Registración e Inspección municipal, Analía Antik, esa realidad ya entró en la cuenta regresiva. "Si mañana (por hoy) se celebra el Día Internacional de Conciencia sobre el Ruido, me alegro de estar justamente notificando el decreto que obligará a los bares, cantinas y boliches rosarinos a contar con un controlador de sonido", anunció la directora de Registración e Inspección municipal, Analía Antik. El aparato, que deberá poseer cada comercio del rubro en no más de 30 días desde la notificación, consiste en un dispositivo programado e inviolable, cuya clave retiene la Municipalidad, para que no se supere determinado nivel de decibeles. En caso de superarse, corta el sonido automáticamente.
| |
|
|
|
|
|
Diario La Capital todos los derechos reservados
|
|
|