La Cámara Comercial emitió un polémico fallo sobre la libertad de expresión, al resolver una causa en favor del futbolista paraguayo José Luis Chilavert y establecer que "la prensa no goza de impunidad sino de seguridad por la función que desempeña". El fallo se produjo en una demanda que por "calumnias e injurias" había planteado Chilavert contra los responsables de la desaparecida revista Humor, porque en un artículo lo calificaron de "medio paparulo".
La Sala B de la Cámara, con las firmas de los magistrados Enrique Butty, María Gómez Alonso de Díaz Cordero y Ana Piaggi, confirmó un fallo de primera instancia que condenó a la editorial La Urraca -que publicaba la desaparecida revista Humor- a indemnizar a Chilavert por expresiones contenidas en un artículo de setiembre de 1995.
"No puede admitirse que bajo el pretexto de ser una publicación humorística o no especializada en deporte, se toleren expresiones agraviantes e injuriosas. Todo hombre tiene el derecho de publicar las opiniones que le parezcan, pero ello no implica que la prensa permanezca ajena al deber de reparar los daños causados por expresiones injuriantes", resolvieron los camaristas.
Chilavert fue representado en el juicio por el abogado Eduardo Pecar, el mismo que semanas atrás ganó, defendiendo al cantautor español Joan Manuel Serrat, un juicio por plagio.
Demanda por 200 mil pesos
El ex arquero de Vélez Sarsfield demandó por 200 mil pesos a la editorial a raíz de un artículo publicado en la edición 460 de la revista Humor, del 20 de septiembre de 1995, titulara "Chilavert nunca dice lo que dice", que -según entendió- "incluyó expresiones agraviantes que afectaron su imagen privada y pública, en tanto contenía información falaz que, excediendo la libertad de prensa, lesionó su honor".
Chilavert ganó el juicio en primera instancia, ya que el tribunal juzgó que "la nota publicada no exhibió ironías sino apreciaciones impropias que lesionaron el honor" y agregó que "si bien tales apreciaciones no son graves, son suficientes para fundar el resarcimiento".
Ya en primera instancia, la Justicia había determinado que "no está en juego la libertad de prensa, si bien las expresiones vertidas son una expresión de humor menor poco feliz que da origen a la reparación".
En el artículo en cuestión, un periodista de Humor se refirió al "estúpido ego" de Chilavert y lo calificó como "medio paparulo". Los camaristas al ratificar el fallo sostuvieron que "tales expresiones implican un agravio y trasuntan un ánimo injurioso, configuran una irrazonable invasión de la esfera privada" del jugador y "colocan en duda su dignidad personal".
Al avanzar sobre los alcances de la libertad de prensa, los jueces estimaron que "si lo que se publica es dañoso, debe sufrir las consecuencias de su propia temeridad, pues si bien está permitido publicar lo que se desee, debe responderse por las consecuencias dañosas que ello provoque".