La policía bonaerense detuvo en el barrio de Almagro a un prestigioso abogado de La Matanza que está acusado de haber organizado su autosecuestro con fines extorsivos, y a un amigo que lo albergó en su casa desde donde se habrían realizado llamadas telefónicas a sus familiares pidiendo rescate.
Un alto jefe policial indicó ayer que el hecho se inició en horas de la tarde del viernes pasado cuando el abogado desapareció luego de visitar unos presos en la comisaría de Laferrere. Alrededor de las 18 la hija del letrado, que tenía estudios en Laferrere y González Catán, recibió un llamado telefónico anónimo que la alertó sobre el secuestro de su padre.
Una hora más tarde la esposa del abogado recibió una segunda llamada telefónica, oportunidad en que el supuesto raptor le pidió el pago de un rescate de 250 mil pesos y que se alejaran de una causa por narcotráfico, que aparentemente llevaba adelante el secuestrado.
La mujer denunció el hecho ante la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de La Matanza, la que pidió colaboración a la Secretaría de Inteligencia del Estado (Side). Ambas fuerzas iniciaron los trabajos de inteligencia basados en escuchas telefónicas, triangulación y rastreo satelital de las llamadas.
El jueves y el viernes, explicó el policía, el supuesto secuestrador volvió a llamar a la mujer, lo que permitió a los detectives establecer su lugar de origen. Las llamadas telefónicas se realizaron desde una casa ubicada en Valentín Gómez al 3400, del barrio de Almagro, y unos 40 detectives de la DDI Matanza montaron una discreta vigilancia en inmediaciones de la vivienda.
Seguimiento policial
Desde uno de los puestos de guardia, colocado en la terraza de un edificio ubicado frente a la casa desde donde se hicieron las llamadas telefónicas, se siguió el movimiento de sus ocupantes por medio de un sofisticado visor. En la tarde de anteayer los policías pudieron ver como la supuesta víctima, tras conversar con un hombre y una mujer, se cambió de ropas y se puso la que vestía la última vez que fue visto por sus familiares antes de su desaparición, constatando que se trató de un autosecuestro.
Los policías detuvieron a las tres personas cuando salieron de la casa. El supuesto secuestrador, la persona que hizo las llamadas extorsivas, resultó ser un viejo amigo de la víctima y su cómplice. Durante las investigaciones del caso los investigadores establecieron que el viernes el penalista detenido había recaudado unos 50 mil pesos de sus patrocinados y abogados amigos antes de desaparecer. La causa fue caratulada como "estafas reiteradas".