El gobierno se apresta a reemplazar a Pedro Pou por Roque Maccarone en el Banco Central, una vez que la comisión que investiga al actual titular de la autoridad monetaria por incumplimiento de los deberes de funcionario público presente un dictamen recomendando su remoción al presidente Fernando de la Rúa. El ministro de Economía, Domingo Cavallo, exhibió ayer su optimismo por la pulseada que está por ganarle a Pou y aventuró que el miércoles volverá la calma a los mercados. El temor que circulaba ayer por el Palacio de Hacienda era la posibilidad de que el actual jefe de la autoridad monetaria recurra a la Justicia para permanecer en el cargo. Con el marco de una nueva jornada de zozobra en el mercado financiero, Cavallo lanzó ayer su ofensiva final contra Pou, a quien acusó de promover los rumores sobre cesación de pagos que desataron la ola vendedora de títulos argentinos y elevaron el riesgo país a niveles siderales. Así, mientras los indicadores bursátiles y financieros repetían la mala performance de los últimos días de la semana pasada, el ministro desplegó una serie de reuniones claves para terminar el día con la cabeza de Pou a punto de rodar. Por la mañana recogió el apoyo de diez gobernadores justicialistas y luego mantuvo una larga reunión con el presidente Fernando de la Rúa, que llegó de Estados Unidos con el apoyo de George W. Bush bajo el brazo. En ese encuentro, del que participaron además otros funcionarios del gobierno nacional, como el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, y la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, se realizó el ofrecimiento a Roque Maccarone para que asuma al frente del Banco Central. Maccarone, ex directivo del Banco Río antes de la venta al Santander, ex superintendente de Bancos durante el efecto tequila y ex presidente del Banco Nación, se desempeña actualmente como asesor financiero del Banco Galicia y cuenta con el aval de los principales banqueros del país. Cavallo testeó las reacciones del establishment respecto de su candidato para el Central durante una reunión que mantuvo el lunes a la noche con la "mesa chica" de los banqueros creadores del mercado. El ministro ya se había reunido el sábado, el día después de una jornada de furia en los mercados, con los integrantes de la Asociación de Bancos Argentinos (ABA). Pero el comentario de su estrategia más fina lo dejó para el lunes a la noche durante el encuentro con el selecto grupo de hombres de negocios, entre los que se encontraba Eduardo Escassany (Galicia) y Emilio Cárdenas (HSBC Roberts). Ayer, el ministro buscó el apoyo del Frente Federal, que nuclea a los gobernadores justicialistas de provincias chicas. Allí responsabilizó de la crisis financiera a Pou y Carlos Menem, a quienes acusó de querer tapar sus problemas judiciales incendiando el país. Tras esa reunión, y cuando el riesgo país estaba por tocar los 1.300 puntos, Cavallo rechazó los rumores sobre una cesación de pagos de la Argentina y aseguró que el miércoles volvería la calma a los mercados. Paralelamente, los diputados de Acción por la República presentaron un proyecto para remover al actual titular del Banco Central por "no defender al peso", mientras que los integrantes de la comisión del Senado que investiga el caso del lavado de dólares terminaban de redactar el dictamen en el cual se aconseja al presidente De la Rúa el despido de Pou. Por la noche, luego de participar de la segunda reunión del día con De la Rúa, Cavallo festejó la decisión de los senadores y ubicó al titular de la autoridad monetaria y al ex presidente Carlos Menem como jefes de una conspiración, apoyada en los "socios intelectuales" del Centro de Estudios Macroeconómicos (Cema) para sembrar dudas sobre la solvencia financiera de la Argentina. El clima en el gabinete era anoche de optimismo. El presidente Fernando de la Rúa y el ministro Cavallo transmitieron al resto de los funcionarios la seguridad de que habían logrado vencer en la pulseada contra los mercados. Contaban entre los porotos el aval de los banqueros a la designación de Maccarone como titular del Central y deslizaron la información respecto de que las entidades financieras y las administradoras de fondos de pensión habían suscripto el bono de mil millones que forma parte del paquete de financiamiento por 3.500 millones. El hecho de que las tasas interbancarias cerraran al mismo nivel del día viernes le dio más ánimo al gobierno. El jefe de Hacienda aseguró por la noche que el fin de semana terminará de cerrar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que incluiría nuevos desembolsos del blindaje, un perdón por el desfasaje fiscal del primer trimestre del año, y nuevos compromisos de parte del gobierno nacional. Cavallo adelantó que, además del proyecto de recortar gastos por 700 millones de pesos, se negociará con las provincias la redacción de una nueva ley de crédito público que permita mejorar las garantías de la deuda pública afectando recursos coparticipables. "Argentina no pedirá financiamiento extra a los organismos internacionales pero si los necesita, tiene fondos a disposición", aseguró
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