 |  | cartas Luces y sombras de Cavallo
 | No logro entender la alegría de la gente ante la designación de Cavallo como ministro de Economía. Admito que el sistema de convertibilidad fue el que permitió que saliéramos de la situación de crisis que se vivía en 1991. Pero también hay que reconocer que fue lo único "bueno" que hizo, tomando ideas de Pellegrini y adecuándolas a la realidad de entonces. Mientras estuvo como ministro de Economía con Menem "regaló" la Argentina. Ahora lo único que hizo fue crear un nuevo tributo, que afecta a la clase media (disminuyendo el consumo y en consecuencia postergando la reactivación). Cuando el Ejecutivo solicitó la delegación de competencia al Congreso debió haber pedido facultad para reducir el salario de legisladores, eliminar gastos reservados, legislar en materia penal -para imponer responsabilidad personal al funcionario que solicite un crédito público en nombre del Estado-, terminar con la nefasta impunidad del administrador público, reducir el gasto público, eliminar tributos, reducir el IVA, etcétera. Economistas de prestigio ya se han referido al absurdo en cuanto al número de legisladores nacionales, provinciales y cargos públicos de todo el país, a lo cual me remito, y que Cavallo omitió deliberadamente atacar. Es decir, en lugar de solucionar el problema de raíz, y que hoy es el cáncer que afecta, sigue tomando decisiones similares a la de los anteriores ministros. Sin embargo, tenemos que reconocer que la figura e imagen política del actual gobierno creció en sentido afirmativo por un hombre: Cavallo, pese a que hoy es el gerente de los capitales extranjeros. Dejo de lado que no sólo está cuestionado en todo lo que mencionara, sino que también tiene cuentas pendientes con la Justicia. Bruno Netri
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