"Lo único que se me ocurre sacar en limpio ahora es lo paradójico de los tiempos: cómo una película que estuvo tan en stand by y sin saberse si algún día la íbamos a estrenar, si a la gente le iba a gustar pese a que sabíamos que teníamos un producto por lo menos digno-, de buenas a primeras surge la posibilidad de terminarla y llegar hasta aquí", señaló Héctor Molina a Escenario , gastado por los nervios y el trajín no solo de la exhibición en un festival internacional, sino también por las febriles negociaciones sostenidas con la productora Cuatro Cabezas, encargada de ahora en más de la distribución nacional e internacional y la promoción de la película.
"Faltaba guita y ésta llegó gracias al apoyo de las áreas de Cultura de la Municipalidad de Rosario y de la provincia y del Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales (Incaa)", agregó el también actor y docente, quien minutos antes de la charla fue felicitado por un grupo de militantes de la organización Hijos.
El director destacó la colaboración recibida de los laboratorios y de los responsables de las distintas etapas de elaboración del filme. Señaló además que el III Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires en el que concursa es una puerta hacia la consideración de artistas, directores, productores, distribuidoras y otros festivales de todo el mundo.
Por último, Molina consideró que las negociaciones con Cuatro Cabezas -que recientemente distribuyó "La ciénaga" de Lucrecia Martel, ganadora de un importante premio en el Festival de Berlín- acrecientan las posibilidades de recuperar el dinero invertido en la producción.
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La Ciudad
