Jorge Salum Daniel Leñini
El jefe de la policía de Santa Fe, comisario general José Storani, rechazó que la intervención a la plana mayor de la Unidad Regional II haya sido hecha "para descomprimir la situación" y afirmó que la decisión fue tomada con la intención fundamental de que "haya total libertad de la Justicia para investigar los hechos y para que la gente pueda aportar nuevos testimonios en la investigación en curso". En una nota exclusiva con La Capital, después del acto de asunción de los comisarios Ricardo Milicic y Víctor Sarnaglia, Storani confesó que "por supuesto" le causó sorpresa la fotografía publicada ayer en la tapa de este diario donde se veía la quinta en Funes del ahora ex jefe local Francisco Previtera, enganchada a un poste de alumbrado público. -¿En qué situación quedan los comisarios relevados? -Se les aplicó el artículo 110, inciso b, de una ley provincial, que establece el uso de una licencia especial hasta tanto se expida la Justicia o finalicen las investigaciones ordenadas. -¿Qué pasará dentro de 90 días, cuando finalice la intervención? -La intervención puede durar sesenta, noventa días o más: el tiempo y las evaluaciones que se vayan haciendo lo determinarán. A partir de ahora el comisario Milicic, como interventor, tiene las facultades y el libre albedrío para designar a quienes serán sus colaboradores inmediatos, esto es, los nuevos jefes de Orden Público y de Unidades Especiales. -¿Por qué eligió a Milicic y Sarnaglia, particularmente a este último, un oficial de las Tropas de Operaciones Especiales? ¿Las TOE no fueron siempre resistidas dentro de la Unidad Regional II? -Esa situación cambió radicalmente en los últimos años, en que se entendió la función real de las TOE y se produjo una integración total, un trabajo mancomunado. Coincidimos con el ministro Angel Baltuzzi y el subsecretario Enrique Alvarez en que allí hay figuras convocantes para desarrollar una labor transparente y que hay que aprovecharlas. -¿Cuál es la misión encomendada a los interventores? -Trabajar para combatir el delito e ir eliminando la sensación de inseguridad de la gente. Trabajar en bien de la comunidad: el objetivo que nos encomendaron a todos cuando entramos a la policía. -Existe una sospecha periodística muy fuerte y de distintos sectores también por la recaudación ilegal. ¿La remoción se produce para descomprimir la situación? -No. Primero y principal, se lo hace para que haya total libertad de la Justicia para investigar los hechos y para que la gente pueda aportar nuevos testimonios en la investigación en curso. Queremos lograr que llegue a buen puerto lo que se está investigando y para eso hay que allanar los caminos. Por eso se creyó en la conveniencia de que no estén los actores presentes de los supuestos problemas para que haya total transparencia. -¿Le costó relevar al comisario Francisco Previtera? -No. Porque no hay que confundir lo profesional con el grado de amistad o de conocimiento que podamos cosechar los distintos hombres de la fuerza. No hay que olvidar que si bien muchos tenemos paridad de edad o de años de servicio, o que si hemos trabajado en destinos similares o alejados otras veces, cuando se llega a ejercer la conducción de la fuerza hay que saber claramente cuáles son los objetivos que le corresponden a cada uno. -¿Qué sensación le dio ver la foto de la quinta en Funes de Previtera enganchada a un poste de la luz? -Me resulta difícil opinar. Creo que habrá una investigación en torno a eso, que habrá que verificarlo. Por supuesto que me causó sorpresa. Esperemos que no sea así la situación y que se pueda clarificar. No tengo otra opinión por el momento. -El país está sumido en una tremenda crisis, a la gente se le hace difñicil para la olla, pero ve que hay comisarios en 4 por 4 o que son dueños de embarcaciones... -Cada uno debe justificar lo que tiene y cómo lo obtiene. Pero los controles de Asuntos Internos son continuos a medida que le llegan denuncias; creo que funciona cada vez mejor. En la policía somos 14 mil hombres. Que un uno por ciento haga mal las cosas involucra a mucha gente. Para colmo, con todo lo que significa y lo que está al alcance de un policía en la calle... Por eso es misión de la conducción saber mandar para que las malas acciones se eliminen o disminuyan. -Pero el engranaje de las irregularidades parece estar tan aceitado que supera a los hombres, y en algunos casos se monta sobre legislación ambigua, vetusta, incompleta. -En ese caso habría que atacar y corregir desde otros estamentos, no solamente el policial. Pero nosotros estamos obligados a combatir, si existe o no una norma errónea no puede ser nuestra opinión. -Durante los últimos años más de 350 oficiales y suboficiales fueron pasados a retiro o se jubilaron, y sin embargo la imagen de la fuerza policial no ha mejorado. -Usted está citando estadísticas reales, que señalan que los mecanismos propios de la policía funcionan, ya sea a través de Asuntos Internos o de los pedidos de cesantía, exoneración o faltas graves que dictan los jefes, como lo hago yo. Ahora no confundamos con quienes se jubilan por haber cumplido los años de servicio. Hay suficientes pruebas de que los resortes institucionales funcionan. -Usted valora la labor de Asuntos Internos, pero convengamos que no es el organismo de Estados Unidos, que ejerce un contralor implacable, sin fisura, que puede obtener en un minuto el resumen mensual de la tarjeta de crédito de cualquier comisario. Esto es Asuntos Internos a la Argentina aunque lo integren funcionarios con entusiasmo. -Usted pone de ejemplo un país donde existen todos los medios, todos los elementos, que ayudan a llevar adelante cualquier labor. No se puede comparar. Asuntos Internos, aquí, desarrolla una tarea incesante, está en todas las unidades regionales, es requerido por los juzgados, realiza investigaciones, auditorías y, repito, funciona cada vez mejor.
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