Año CXXXIV
 Nº 49.094
Rosario,
sábado  21 de
abril de 2001
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Una situación previa de alto conflicto

En su resolución, la jueza Susana de Pigliacampo descartó que los policías de la comisaría 25ª hubieran procedido a tareas de represión en medio del devastador incendio que consumía el superpoblado penal de la seccional. "¿Por qué el personal policial adoptaría tal conducta? -se preguntó- cuando de las diversas declaraciones prestadas por los mismo internos el trato con ellos siempre había sido correcto".
Sin embargo, de acuerdo a los testimonios de los presos se concluye por un lado que los detenidos que salvaron la vida fueron los que, contra las órdenes de la policía, buscaron refugio en el suelo del penal y evitaron salir a través del fuego y por otro que resultaron golpeados apenas instantes después de ser evacuados.
"La policía gritaba salgan, salgan y unos muchachos salieron y se quemaron vivos", dijo uno de los detenidos. Y otro: "a medida que íbamos saliendo del penal cuando ya estaban apagando el incendio un grupo de policías nos pegaban con palos, (a) quemados y no quemados".
Por otra parte, según destacó la jueza Pigliacampo "no existen constancias de reclamo alguno por los reclusos por su situación de internación".

Denuncias de apremios
Sin embargo, en los Tribunales provinciales habían ingresado previamente al menos dos presentaciones de presos de la seccional 25ª que daban cuenta de diversas irregularidades.
El 10 de octubre del año pasado, los internos Hernán López y Ariel Ibáñez denunciaron en el Juzgado de Instrucción de la 6ª Nominación haber recibido torturas psicológicas y apremios ilegales de efectivos de la seccional.
El 2 de noviembre, trece días antes de que se produjera el incendio, los mismos internos presentaron una segunda denuncia por apremios ilegales contra personal de la comisaría.
Además varios de los presos que lograron sobrevivir al incendio definieron como altamente conflictiva la relación que mantenían con los policías que se hallaban en la comisaría al ocurrir el hecho. "Todo era tranquilo salvo cuando está la guardia que estaba en ese momento, porque siempre buscan la reacción, nos insultan y todas esas cosas", dijo un preso.
Otro: "la policía siempre nos amenazaba"; un tercero: "siempre el empleado nos buscaba la reacción"; otro más: "nos trataban mal, nos buscaban la reacción". La situación en la seccional de Pueblo Nuevo parece haber sido un polvorín que estalló en la trágica tarde del 15 de noviembre.


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