La Habana. - Las autoridades cubanas celebran hoy como "la primera gran derrota" de Estados Unidos en América latina el 40º aniversario de la invasión de exiliados anticastristas por Playa Girón (Bahía Cochinos). La acción, que trató de provocar una insurrección generalizada o una "cabeza de playa" para la instalación de un régimen pro-norteamericano contra el entonces nuevo gobierno cubano, terminó en un sonado fracaso en menos de tres días. Ayer, asimismo, Cuba recordó los 40 años de la proclamación del carácter socialista del régimen revolucionario de Fidel Castro, gesto tomado al día siguiente del primer ataque norteamericano.
En 1961, Fidel Castro ejercía su tercer año en el poder, tras su entrada victoriosa en La Habana el 1º de enero de 1959, y comenzaba a convertirse en la máxima obsesión del Departamento de Estado norteamericano. La "Operación Pluto", realizada por unos 1.500 exiliados cubanos con apoyo directo de Estados Unidos, resultó la primera prueba de fuego del nuevo gobierno, que el día anterior había proclamado su carácter socialista en los funerales de los militares muertos en los ataques aéreos a los aeropuertos civiles de La Habana y Santiago de Cuba.
El papel de la CIA
El 15 de abril, aviones B-26, de fabricación estadounidense pero con insignias falsas de la Fuerza Aérea Revolucionaria (FAR) de Cuba, bombardearon esas instalaciones, ante lo que Castro decretó la movilización general y se preparó para lo peor. La participación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en la organización de la fracasada intentona de derrocar a Castro por las armas fue reconocida públicamente con la reciente publicación en los diarios norteamericanos de documentos oficiales desclasificados.
Entonces, la CIA "había insistido siempre en que sólo una invasión podría provocar una contrarrevolución", según el historiador británico Hugh Thomas en su "Historia Contemporánea de Cuba". Tras el desembarco por la costa sur cubana de las fuerzas anticastristas, entrenadas en Guatemala y Nicaragua, Castro, quien apenas cuatro años y medio antes había comenzado la lucha armada con 82 hombres, reaccionó con rapidez.
El barbudo jefe guerrillero instaló su puesto de mando en el cercano ingenio azucarero "Australia" y entabló una batalla relámpago que en menos de 72 horas derrotó a la fuerza invasora, la mayor patrocinada por Estados Unidos en el hemisferio occidental. "En el aniquilamiento de la invasión mercenaria el papel de Fidel Castro fue decisivo, fue capaz de concebir el uso de la aviación, decidió correctamente que primero era atacar la flota de desembarco, cortar el posible suministro y aislar a los que estaban en tierra", según uno de los jefes militares participantes en la acción.
El momento más duro
El vicepresidente del Consejo de Ministros, José Ramón Fernández, expresó que la noche del 17 de abril "tal vez fue el momento más duro de la lucha" con el ataque a Playa Larga, que no pudo ser recuperada hasta la mañana siguiente. Tras tres días de combates en terreno cenagoso, en los que se contabilizaron cerca de 300 muertos entre ambos bandos, los últimos atacantes se rindieron.
Unos 1.200 anticastristas cayeron prisioneros, y tan sólo un centenar huyó en embarcaciones o hacia las montañas, donde fracasaron sus intentos de organizar un movimiento subversivo, y la victoria total se proclamó el 19 de abril. Diversos analistas han comentado que la operación fracasó por la excesiva ambición de sus objetivos, pese a la excelente calidad y cantidad de su armamento, y por errores de planificación, como la elección de una zona pantanosa para el avance.Las autoridades cubanas sostienen que "la unidad y fervor patriótico de las tropas encabezadas por Castro, la rapidez de la defensa y el respaldo popular" fueron los factores básicos de la victoria.