En el barrio Cabín 9 de la ciudad de Pérez campeaban ayer la angustia y la indignación de los vecinos por la muerte de una nena de dos años tras ser arrollada por una 4x4 cuyo conductor desapareció sin detenerse. Quienes fueron al velorio de la chiquita reclamaron de forma unánime que se ilumine el sector -escenario de constantes accidentes- y que aparezca el chofer de la pick up, en apariencia una camioneta negra o una Ford bordó con cúpula blanca, que atropelló a la chiquita.
En el accidente, que se produjo a las 21.45 del sábado, perdió la vida Brenda Ayelén Sánchez, de dos años y medio. El hecho ocurrió en calle Las Palmeras al 3700, en una esquina en la que se había reunido un grupo de adolescentes. Entre ellos se encontraba la tía de Brenda, Irma, de 14 años, quien llevó al lugar a su sobrinita.
Julián y Carlos, dos chicos de 14 años, estaban llegando a la reunión cuando ocurrió el accidente y contaron compungidos la dolorosa escena que les tocó presenciar. "La tía cruzó la calle y en un descuido la nenita la siguió. Se quedó parada en el medio de la calle y una camioneta que venía muy fuerte la pasó por encima", recordaron.
La pick up, según los jóvenes, se dirigía hacia el sur, iba con las luces encendidas y golpeó con el paragolpes a la criatura. La nena quedó atrapada entre las ruedas de la camioneta y fue arrollada por una rueda trasera. El vehículo, que según el testigo que habló con este diario sería una Ford 4x4 bordó, no se detuvo a socorrerla y escapó velozmente. Los adolescentes no alcanzaron a tomar el número de la patente.
Brenda fue asistida en el centro de salud El Gurí y desde allí la derivaron al Hospital Centenario, donde falleció dos horas más tarde. "No llegó ninguna ambulancia y tuvimos que trasladarla en un Dodge que no tenía ni sirena ni nada", contó Darío, de 22 años y tío de la chiquita.
Brenda vivía con su mamá y su abuela en una casa humilde del barrio Cabín 9. "Siempre estaba conmigo. Era cariñosa con todo el mundo y le encantaba bailar. Mientras escuchara un ruido, ella bailaba", evocó la mamá de Brenda, Mariela Retamar, de 18 años. A Brenda "le gustaba escribir y jugar a la escuela", por eso su mamá le había comprado un guardapolvos y una mochila para que el año próximo fuera a un jardín de infantes. El 9 de junio la nena iba a cumplir tres años.
El padre de la nena, Roberto Sánchez, de 28, es albañil y vive en Rosario. Estaba tan shockeado como el resto de los familiares de Brenda. El joven empezó a contar que la nena "era muy cariñosa" y que "cada tanto venía a verla", pero no podía seguir hablando. A sus palabras las interrumpía el llanto.
Calle desamparada
Brenda era hija única. Vivía "pegada" a su abuela y a su mamá, que trabaja en el centro Torales, donde se sirven raciones de copa de leche. Ella solía llevarla, y por eso a Brenda la conocían casi todos los chicos del barrio. "Se daba con todo el mundo. Todos la querían", apuntaron sus familiares.
Los vecinos reaccionaron con indignación: "Pasan autos a toda velocidad y a veces corren picadas", contó un verdulero que vive justo enfrente del lugar del accidente, en Las Palmeras al 3700.
Esa calle marca el límite entre Rosario y Pérez, está asfaltada, es angosta y de doble circulación. A esa altura carece de señalización, lomos de burro o semáforos y por allí circulan dos líneas de colectivos: la 119 y la 123. "Esa calle es una boca de lobo. De un lado termina Rosario y del otro empieza Pérez y por eso ninguno de los dos intendentes quiere hacerse cargo de iluminarla. De noche es un peligro", cuestionó el tío de Brenda, quien precisó que ayer el lugar fue escenario de un nuevo choque entre dos autos, aunque sin heridos.
Vecinos y familiares también reclamaron en forma unánime "que aparezca" el conductor de la pick up: "Todo el barrio quiere saber quién fue. Queremos saber quién fue. Que muestre la cara. Que se dé cuenta de lo que hizo porque él también puede tener hijos".