San Lorenzo redondeó ayer una auténtica Semana Santa, con una agónica victoria sobre Independiente por 3 a 2 que lo mantiene a dos puntos del líder River Plate, tras jugarse en el Nuevo Gasómetro el clásico de la 12ª fecha del Clausura.
En la primera parte el uruguayo Diego Forlán puso en ventaja a Independiente, pero Leandro Romagnoli y Cristián Zurita dieron vuelta el resultado para San Lorenzo. En tanto, Livio Prieto estableció el empate transitorio. Sin embargo, en tiempo de descuento, Bernardo Romeo señaló la victoria y se transformó en el goleador del Clausura, con 10 tantos.
El partido tuvo un comienzo trabado, con un exclusivo desarrollo en la mitad de la cancha que no hacía presagiar un primer tiempo tan dinámico y cambiante en las acciones.
Ambos equipos pasaron por todos los estados de ánimo. Después de los 10' iniciales, San Lorenzo abrió la cancha y generó su primera situación con una escapada de Romeo tras una asistencia al vacío de Quinteros, que desperdició tres veces en la misma jugada.
Independiente golpeó a los 12, cuando su rival empezaba a crecer, y anotó la apertura del marcador con un disparo bajo dentro del área, al capitalizar una buena asistencia de Cambiasso, quien advirtió los problemas defensivos de San Lorenzo cuando se movía a espaldas de los volantes de contención azulgranas.
El equipo de Osvaldo Piazza, con una constante presión en la que se destacó Bustos, controló a un nervioso conjunto local que aprovechó un error de la última línea adversaria y consiguió la igualdad por intermedio de Romagnoli. De esta manera, San Lorenzo aprovechó el envión anímico para acorralar a su rival y comenzó a acumular méritos para merecer el segundo gol, que llegó a cuatro minutos del final con una buena maniobra personal de Zurita.
Pero el diablo volvió a meter la cola porque a sesenta segundos del final de la etapa Marioni le ganó una pelota a Coloccini, sacó un fuerte disparo de zurda que Campagnuolo no pudo contener y Prieto capitalizó el rebote para establecer el empate.
En el segundo tiempo, con la presión del reloj en contra, los azulgranas fueron un cúmulo de nervios y equivocaron los caminos para atacar. Entonces, Independiente se hizo dueño de la pelota con Cambiasso y Prieto, mientras esperaba una oportunidad para meter otra estocada.
Pero como el fútbol es terreno de los imponderables, San Lorenzo, en el momento que menos lo merecía, tuvo la suerte de los equipos que aspiran a campeón y encontró el tercer gol con un toque de Romeo debajo del arco, después de una jugada confusa en el área en la que Pablo Michelini se jugó la vida ante Passet.
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La Ciudad
