Luis Castro
Victoria y tranquilidad. Fue el hándicap que necesitaba Jorge Ribolzi para continuar en el cargo. Se sabe que los resultados mandan y el encuentro ante Huracán era clave para el Ruso. Incesantes rumores indicaban que del destino de ese cotejo dependía la continuidad del entrenador. "Si pierde es difícil que siga", estimó una fuente confiable. Incluso, hasta se nombró, sorpresivamente, como posible reemplazante a Andrés Rebottaro, quien había renunciado al cargo en el Apertura 2000 tras perder ante los quemeros. Claro que todo esto quedó como un simple rumor y, por ahora, es historia. El buen triunfo conseguido -el quinto jugando de local- por goleada le permitió al entrenador respirar aliviado para continuar trabajando con el fin de alcanzar la regularidad buscada. Frente a los de Babington los ñulistas evidenciaron una mejoría. El fondo se mostró seguro y controlaron sin problemas a los delanteros visitantes. En el mediocampo, Ponzio y Grabinski borraron a Padra y Berti -los encargados de manejar los destinos de Huracán- y eso permitió que Newell's pudiera adueñarse del control del juego. Manso volvió a ser el de antes, a desequilibrar y ser la usina generadora de fútbol. Y arriba, Pavlovich estuvo implacable y de tres situaciones convirtió dos. Un párrafo aparte merece Palos, quien respondió a las expectativas generadas y seguramente continuará en el arco leproso. En síntesis, Newell's ganó y respiró aliviado después de una semana delicada tras la derrota ante Almagro. El triunfo tapó aquel mal momento y la hinchada, que había insultado a los jugadores, le renovó el crédito al equipo. Claro que será necesario que los leprosos sigan cosechando victorias y escalando posiciones para conservar ese apoyo. El próximo objetivo será tratar de conseguir un triunfo de visitante (enfrentará a Lanús), una de las materias pendientes del equipo del Ruso ya que hasta el momento no logró cantar victoria fuera de casa. Si cumple con esa meta será un síntoma de que hay una leve mejoría.
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